¿Pero qué os han hecho?
Los perros, ¿os han hecho algo?
¿Por qué empezar una función con un perro atravesado por un elemento punzante, espachurrado en el suelo del escenario, como en El curioso incidente del perro a medianoche, en el Teatro Marquina?
Yo, como perro, ya os podéis imaginar lo que siento al ver a un hermano mío en esas condiciones.
¿Y por qué no empezar con un humano atravesado por un elemento punzante, muerto en el suelo?
Eso os duele más, ¿no?
¿Por qué tanto perro?
¿Por qué en los últimos años muchos títulos llevan incorporado la palabra perro o perra?
Vosotros, humanos, ¿tenéis un trauma de algún tipo?
En fin, unos días después de que un perro inmundo, Snoopy, me engañara diciendo que iba a ser el director de los Teatros del Canal (y yo le creyera), me he tenido que poner de nuevo con una investigación que llevaba ya tiempo comenzada… ¿Tanto perro…?
La soledad del paseador de perros – foto de Julio Castro Jiménez
Ya había preguntado a los culpables de esos títulos, y volví a hacerlo… Y resulta que a María Velasco, autora de Perros en danza, que se pudo ver en la sala grande de la RESAD hace muchos años y últimamente en otro montaje en Nave 73, y autora también de La soledad del paseador de perros, que se mostró en Cuarta Pared, parece que los perros no le han hecho nada. «Todo lo que me han pegado, y no han sido pulgas (de pequeña me pegaron unas cuantas), ha sido bueno», afirma la Velasco, para terminar diciendo que «la mirada de un perro, aun si está rabioso, es una lección de ética de la alteridad; varias páginas de Levinas sobre el rostro del otro están en sus ojos». Esto de Levinas ya me sonó raro, y le hubiera preguntado a la Velasco, pero como mi tema de ese día eran los perros, decidí centrarme en ello y no irme por las ramas…
Y también llegué a hablar con Daniel Abreu, quizá uno de los pioneros en cuanto a lo de los títulos con perro (después de Lope de Vega, claro)… La pieza Perro, de Abreu, la vi en El Canto de la Cabra (una salita de Madrid que cerró en diciembre de 2008). Abreu me dijo que Perro seguía en marcha, que ya llevaba más de una década de gira, y que la acababa de interpretar en La Habana y había sido muy guay (o «muy guau guau», como yo prefiriera, me dijo). Y que además le quedaba Helsinki, Cáceres y el Corral de Comedias de Alcalá de Henares. Y ante la cuestión de si le han hecho algo los perros, dijo que no.»A mí este perro me ha dado alegrías siempre», afirma. Y luego también me confesó que de pequeño había unos perros en su pueblo que ladraban mucho y le daban mucho miedo. (¡Ay, estos humanos! Si yo me tuviera que asustar cada vez que los humanos hablan a voces, viviría en un constante ‘ay’.) Para finalizar, Abreu dijo que se lleva bien con los perros, «algún perro también me ha dado la patita y algún otro ha querido cepillarse una pierna, un brazo… creo que soy su tipo.» Eso habría que preguntárselo a los propios perros, digo yo.
Daniel Abreu en Perro – Foto de Ximo Flores
Reciente está Cuidado con el perro, un texto de Eva Redondo que se estrenó en Cuarta Pared y que después se pudo ver en Teatro del Barrio. Y le pregunto a Eva Redondo, y me contesta: «Yo nunca he tenido perro. A mi madre le dan miedo y mi padre decía que los perros no eran felices en las casas de ciudad. Luego salí con un chico que quería un perro y le acompañé a la protectora de animales a elegir uno. Me dejó ponerle nombre y lo llamé Tronco. Era blanco, un perro nórdico. Lo llevamos al veterinario porque las garrapatas habían anidado en dos de sus patas. Nunca vi unas garrapatas tan bien alimentadas. Después de desparasitarlo, comenzó el período de educación. No había manera. Tronco era un perro que necesitaba mucho territorio y Salamanca se le quedaba pequeña. Fueron varias veces las que se escapó. A veces volvía solo y otras con la policía. Queríamos que nos obedeciera, que paseara a nuestro lado, queríamos reproducir las escenas de parque que veíamos en las pelis pero Tronco era de espíritu libre. Al final, me mudé a Madrid. A mí también se me quedó ‘pequeña’ mi ciudad y mi novio y Tronco… ¿Qué habrá sido de ellos?»
Cuidado con el perro, de Eva Redondo
En cuanto a Perra de nadie, de Marta Carrasco, que vi en Cuarta Pared, dos veces que he tratado de que Marta respondiera a mis preguntas sobre perros, y dos veces ha sonreído enigmáticamente… Quizá tenga algo que esconder. Pero he conseguido saber que acaban de llegar de la gira por Colombia y que no han podido hacer las funciones que tenían en Los Ángeles. La próxima cita con Perra de nadie será el 30 de noviembre en el Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares dentro de la segunda edición del Festival Territorio Violeta. Pero ahora Marta Carrasco está centrada en su nueva producción, Jo, dona. A Lili Elbe, que se podrá ver el 15 de noviembre en Temporada Alta.
Perra de nadie, de Marta Carrasco
Otra obra que estuvo en Cuarta Pared fue Los perros, de Teatro a la plancha, que ya habían triunfado con La última boqueá. Su responsable, Selu Nieto, me cuenta que lo de los perros es por haber visto un documental de unos presos españoles encarcelados en el extranjero, en condiciones absolutamente deplorables, como en una perrera. «Todos esperaban a que alguien los rescatara y reflexioné sobre el encierro y la esperanza por la llegada de un salvador», sigue diciendo Nieto. Pero reconoce que los perros no le han hecho absolutamente nada, y que está enamorado de ellos, en concreto de su mini Pinscher de 7 años llamado Yorick. Además, su único trauma con los perros es tener que bajar a Yorick a la calle a las 6 de la mañana en invierno. En su obra, a pesar del título, solo sale un perro de paja que sirve de guía al personaje de El Ciego. Pero por el momento no va a haber ninguna función de Los perros, porque la compañía está centrada en estreno de su una nueva obra, Dolores, el 22 de noviembre en el Teatro Central de Sevilla.
Los perros, de Selu Nieto
Las perras de Cervantes, escrita y dirigida por Sandra Dominique, se estrenó en septiembre de 2018 en los Teatros Luchana y estuvo en cartel hasta mediados de febrero de 2019. Lo que sí está claro es que a Dominique los perros le gustan casi más que las personas, de siempre.» No es un secreto ni es novedad. Cualquiera que me conozca, podrá confirmarlo. De hecho, nos parecemos a ellos mucho más de lo que creemos. Sobre todo las mujeres. Somos el último orejón del tarro. Por eso mis protagonistas, que son tres señoras que trabajan limpiando para tres estructuras de poder diferentes, se convierten en perras.» Esto tan misterioso nos cuenta Dominique de su función.
Las perras de Cervantes, de Sandra Dominique
En cuanto a El perro del hortelano, al no saber muy bien a qué compañía escribir, pues escribí al propio Lope de Vega, que tardó en responderme un par de semanas, pero al final lo hizo. La conversación fue más o menos así:
nico.- ¿Pensabas qué causarías tanto revuelo con una obra de las tantas que escribiste, que tiene un montaje detrás de otro, varios a la vez en cartel en España…?
Lope.- La verdad es que tengo muchas otras comedias que también son muy buenas, no sé por qué a todo el mundo le da por hacer El perro del hortelano.
nico.- ¿Qué te han hecho a ti los perros?
Lope.- ¿A mí? Pues lo más raro que me han hecho es escribirme por Facebook; tú, la semana pasada. No sabía que los perros ya usaban Facebook.
nico.- Bueno, yo es que soy un perro muy teatrero.
Lope.- Si no te importa, te dejo, que esta tarde tengo tres líos de faldas que resolver, y además he de escribir 5 comedias.
nico.- Muy bien, como quieras… Qué prolífico…
Y la semana pasada se estrenó otra en Cuarta Pared, sí, en Cuarta Pared… No sé si os lo vais a creer. Pensaréis «¿acaso Cuarta Pared se está especializando en títulos con perro?» La soledad el paseador de perros, Perra de nadie, Los perros, Cuidado con el perro, y ahora La perra, de la compañía Tenemos gato (nombre de compañía apropiadísimo para convivir aquí con tanto perro, esperemos que al gato lo encierren durante un rato en una habitación…) ¿No se estará encasillando la sala Cuarta Pared? Tendré que entrevistar al responsable de tanto perro…
La perra, de la compañía Tenemos gato
Cristina Rojas, autora y directora de La perra, asegura que los perros no le han hecho nada, al contrario, que le han dado amor. Mucho Muchísimo. (Se referirá a otros perros menos ariscos que yo…) «Va de una perra. Y porque La perra suena feo, y a mí me encanta», contesta ella a la pregunta de por qué se llama así la obra. Pero nos confirma que no salen perros en escena. Y ya me lancé a una pregunta directa y salvaje…
nico.- ¿Alguna vez soñaste con dejar de ser humana y convertirte en perra?
Cristina.- Muchas veces. Una perra de familia, querida y con una buena cama.
Ante esta respuesta no supe ya qué responder y me fui pensando en otros títulos con perro en el teatro español, como El perro del teniente, de Josep Maria Benet i Jornet, El amor del gato y el perro, de Enrique Jardiel Poncela, Perro muerto en tintorería: los fuertes, de Angélica Liddell, Palabra de perro, de Juan Mayorga, El privilegio de ser perro, de Juan Diego Botto y Roberto Cossa, Perra vida, dulces sueños, de Miguel Morillo, Perra vida, de José Padilla, El coloquio de los perros, de Cervantes, en innumerables montajes, Los hortelanos son unos perros, de Félix Estaire, y hasta un viejo conocido de este blog, Alfonso Armada, cuenta con dos títulos en su currículum: La edad de oro de los perros y Perros viejos.
Y fuera de España tampoco se quedan cortos, Combate de negro y de perros, de Bernard-Marie Koltès, Iván y los perros, de Hattie Naylor, estrenada en la sala pequeña del Teatro Español, La ópera de perra gorda… Pero ahora llega la gran catástrofe en cuanto a perros en escena.
Sí, si lo estás pensando, tienes razón.
Esto se lo tengo que contar a María Luisa, la perra de El umbral de primavera, que no sé si lo sabe…
La gran ofensa al mundo perruno viene con esa adaptación de Simon Stephens de una novela de mucho éxito de Mark Haddon, El curioso incidente del perro a medianoche, que está en el Teatro Marquina. ¿A quién se le ocurre empezar la función con un perro muerto en el suelo? No, Mark, no. No, Simon, no. Esto no tiene ninguna gracia. Serás muy gracioso en la vida real, pero este comienzo no ha tenido ninguna gracia. Verás cuando te vea.
@nico_guau