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BrújulaTatoueurs, Tatoués

Tatoueurs, Tatoués

Un arte milenario que no puede encerrarse en museos, que no es fruto de la era postmoderna y que para mirarlo, al menos de cerca, siempre hay que pedir permiso. El tatuaje es el epicentro de la exposición Tatoueurs, Tatoué (Tatuadores, tatuados), que analiza sus raíces y el resurgimiento del fenómeno. En las sociedades llamadas»primitivas» -orientales, africanas y del Pacífico-, el tatuaje tiene una función social, religiosa y mística y ayuda al sujeto en sus ritos de paso para su inclusión en la comunidad. Por el contrario, en Occidente, siempre fue considerado una señal de infamia, de criminalidad o se relacionaba con el mundo del circo, para pasar, hoy en día, a ser marca identitaria de las tribus urbanas. “Es a la vez un arte, algunos dirán que menor, pero con sus grandes maestros, y un fenómeno increíble de diálogo entre culturas”, explica Stéphane Martin, director del museo de la civilizaciones de París a la corresponsal en la ciudad de las luces del diario español El País, Ana Teruel.

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