Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoTaxis, hombres y el puré

Taxis, hombres y el puré


 

El puré es una comida de niños, así que si un hombre se alimenta de puré es que está enfermo, o a punto de morir. En ciertas culturas de las etnias guineanas, si se dice de alguien es puré, o papilla, es que es una persona tan pusilánime, tan poco de ánimo que cualquiera le tomaría el pelo. ¿Pero saben?, nosotros sabemos que con lo que pasó en tiempos de Macías es normal que haya muchos adultos guineanos que sean unos purés. Quizá muchos de cierta edad no lo saben, pero si en el régimen anterior decías que eras opositor, y lo decías en voz alta y en presencia de familiares y amigos y de otra gente, los familiares se pondrían a llorar, porque acabarías muerto, te mataban los que decían que Francisco Masié era el único milagro de Guinea Ecuatorial. Este recordatorio se hace para aclarar que muchos mayores se habrían quedado con aquella historia dentro de su cuerpo, así que no quieren, morir, mejor que ser papilla. Pero que ahora haya tantos hombres que quieran ser puré en un país que no ha dejado de llamarse república es algo de una ciencia mayor, algo para verdaderos iniciados.

 

Los taxistas, que era un colectivo variopinto de personas, se cansaron del aumento de los requisitos de la Administración. La realidad fue que sabían que el dinero que desembolsaban para estar en regla con los que decidían las cosas aquí acababa en los bolsillos de los dueños de los puestos directivos de los departamentos involucrados, pues saben que aquí se canta el trozo del himno nacional que dice: Caminemos pisando la hacienda, de nuestra inmensa felicidad… Así que ante el aumento de un nuevo requisito, se plantaron y dijeron que no podían pagar nada más, así que se declararon en huelga, un hecho inédito en la Guinea del marido de Constancia Mangué. Pero aquí la huelga es inconstitucional, según lo que firmaron los aspirantes al poder, así que el régimen sacó al ejército a las calles. Para una gente que coge un micrófono y habla de paz, extraña que el primer gesto sea movilizar al ejército, cuyos efectivos no parecen tener claro su cometido. Así que la orden ahora, y antes de que unos trescientos taxistas fueran al partido en el poder a pedir perdón por ser más puré que todos, es que ningún taxista salga a la calle, y que ningún particular haga este servicio. O sea, el régimen, queriendo mandar un mensaje duro, quiere ahogar a los taxistas, y de paso, a la población, y por aquello de que somos puré, no vamos a hacer nada, defendemos nuestro trabajo, o no defendemos nada, sino que somos puré de verdad. Ya saben, si los maestros y los médicos no van al trabajo si tienen que recorrer dos kilómetros bajo lluvia o el sol, no importa a nadie del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, cuyo lema es «hacer el bien y evitar el mal». Ah, si cualquiera estuviera en las reuniones donde sueltan esto y otras tonterías dignas de la quinta legión de eunucos y tetrapléjicos mentales del planeta Zor, pasaría una vergüenza de película. Esta es nuestra película.

 

Malabo, 10 de mayo de 2017

Más del autor

-publicidad-spot_img