Escrita por Alejandro Finzi, dramaturgo y profesor de la universidad de Neuquén, donde empieza la Patagonia, y de Canadá, “La piel”, cuenta una historia de amor no desde la juventud sino desde la vejez. Son los recuerdos de toda una vida de Ana y Walter, mientras en una habitación de hospital (hotel indeseable) esperan a que Walter sea llevado al quirófano. Esta lectura dramatizada está dirigida por David Amitín e interpretada por Daniel Freire y Marina Eskell. La pieza se sirve de miradas cómplices y silencios para preguntarse si somos necesarios y cómo se atraviesa el último umbral. ¿Cuál es el secreto de nuestra muerte? ¿Qué hemos significado, qué significaremos después de nuestra muerte? Otros textos, otra escena, más allá de Buenos Aires, se titula este prometedor ciclo.