Nacer en una pequeña aldea de Camerún y acabar compartiendo escenario con Pat Metheny, los hermanos Brecker, Richard Galliano, Joe Zawinul o Gonzalo Rubalcaba, entre otros. Es el caso de Richard Bona. Pero no habría ocurrido si no se fuera por el enorme talento que atesora y que, por fortuna, ahora se puede disfrutar en muchos rincones del planeta. La memoria de su Camerún natal fluye por las venas del bajista, el latido africano y su folclore, especialmente sublimados en una voz con un timbre tierno y limpio y con una capacidad melódica incontestable. En esta ocasión, acostumbrado a explorar géneros y a cambiar en cada trabajo, ofrece diez formas distintas y muy particulares de entender el blues en un viaje con escalas en Madrás, Bombay, Nashville o Nueva York.