SITGES RETROSPECTIVA
Noveno día (sábado 17 de octubre)
CREAM
El Festival termina. Pasa siempre. Cuando empezaba uno a acostumbrarse. A no dormir. O a dormir en el cine, con complejo de culpa, que el cine tiene algo de judeocristiano. Vas al cine y no te puedes permitir un descuido. En el descuido caen las mejores escenas. Si está uno muy cansado, las mejores películas. Por no llegar al cine: ‘The Salvation’ (otro western), ‘Bone Tomahawk’, ‘The Boy’, ‘Cop Car’…
Estar en Sitges es ´La vida en un hilo’. La de Neville, que nos marcó primero. Elegir supone renunciar y esto, tan evidente, marca en Sitges. Sitges es, cada vez, la confesión de lo limitado del tiempo y del espacio que ocupas con tu cuerpo. Una butaca cuando se sienta uno y otra butaca luego. Sabiendo, de butaca a butaca y entre ellas que, las más, te las pierdes. No es lo mismo que el amor o la fama. Aunque el mundo esté lleno de ocasiones y de sexos opuestos. O sexos coincidentes, que ya es una elección elegir sexo.
Del palmarés de Sitges: eso pertenece a la noticia y noticia no hay. Se sabe que ganó ‘The Invitation’ aunque a muchos gustó más ‘The Gift’. Se sabe que la mejor dirección fue para ‘Bone Tomahawk’ y duele ésa: ¿a quién se le ocurre poner sólo dos pases a horas imposibles? Los designios de Sitges, insondables. No hubo, por otra parte, premio para ‘Green Room’, que partió favorita; y nadie -aunque es cierto que, trino y una, Dios impone mucho; más si es mujer y es niña-, nadie entiende el premio a la mejor interpretación femenina para Pili Groyne, ‘Le tout nouveau testament’, estando allí la Laia Costa de ‘Victoria’, que se come, ella sola, las dos horas y pico. ¿Al Jurado también se le ha pegado Sitges? Sitges es contagioso. Vampiros. Hombres lobo. Zombies. Pandemias. Un catarro. El momento final: apocalipsis y no revelación. Igual que el primer día.
Sitges se despide, ¡adiós a Sitges!, con otras dos películas.
La de clausura es ‘Into the Forest’, de Patricia Rozema.
De repente un fallo de energía y queda el mundo, literal, a dos velas. ¡Hay que ver lo que dura una caja de velas en Estados Unidos! Familia donde Cristo perdió el clavo rechaza regresar con los hombres a pasar sus noches y sus días, genuino sabor ‘Into the Wild’ (‘The Road’, de John Hillcoat, era otra cosa). La música, cargante, va indicando lo que debes sentir a cada rato. Lo que no hay en la RED, lógicamente, sin energía eléctrica, es un tráiler o un clip de la película.
Música también en ´Baahubali: the Beginnings’, de S.S. Rajamouli.
‘BAAHUBALI’ BAILE
Sólo al que no haya visto el cine español de los 40 le dará la risa. Los galanes de entonces. Las canciones. Y el mérito de rodar con hambre y cartulina. Poco más.
´Baahubali: the Beginnings’, la producción más ambiciosa, hasta el día, de Bollywood, es un espectáculo, de tan desmesurado, divertido. El mito sube a ver al mismo Shiva.
‘BAAHUBALI’ ESPECTÁCULO
Primero fue Sam Peckinpah y la muerte a cámara lenta.
‘GRUPO SALVAJE’
‘300’, de Zack Snyder, causó estragos.
‘300’
Por encima del baile y la violencia y hasta del stop-motion queda el mito.
Vas de un extremo a otro de la Tierra, vas de un tiempo a otro tiempo y el mito repite sus motivos: el diluvio, el niño en una cesta recogido del agua, la mano que sostiene fuera de ella la última esperanza…
‘EXCALIBUR’
Ver volar al niño sobre el agua como vuela la Excalibur de Arturo hubiera estado bien. Aquí no hacía falta. La imagen, sin embargo, no difiere. Al final, repetimos lo visto, lo escuchado, incluso sin ser conscientes de ello.
Martes, 3 de noviembre. Sábado, 17 de octubre. Son diecisiete días. Entre lo que se cuenta y el día en que se cuenta.
Una luz se enciende al fondo de la sala. Es la salida.