(Puedes leer todos los episodios aquí.)
FINEA.- ¿No decías que había jamón?
TIAGO.- Aún lo estoy buscando, Finea…
MARCELO.- ¿Qué hacéis aquí las dos?
SABINA.- Bueno, yo vivo aquí, en Fundão…
FINEA.- Y yo he venido porque me da la gana. ¿No es esta la feria ibérica, el abrazo ibérico, y etc., etc.? Pues he venido a abrazar a amiga la murciélaga portuguesa Sabina, a ver teatro y a comer jamón.
MARCELO.- Vosotras dos no sois amigas.
FINEA.- Sí lo somos.
MARCELO.- Ah, ¿sí? ¿Y qué tenéis en común?
FINEA.- El odio que te tenemos.
SABINA.- Nos une el odio que te tenemos.
TIAGO.- Ah, ¿vuestra amistad se basa en el odio? ¡Me encanta!
MARCELO.- Calla, Tiago, que estas son cosas de mayores…
FINEA.- Además, que estoy viendo un gran recipiente de cerezas, y cuando veo cerezas, no puedo seguir hablando. Adiós.
Finea salió volando a comer cerezas, sin importarle que algún feriante la viera. Yo agarré a Tiago por una oreja y nos marchamos corriendo al Octógono a esperar el siguiente espectáculo, una historia muy linda sobre los que tienen que salir de su tierra para buscarse la vida en otra parte, llamada O céu não lhes responde. Era un espectáculo de la compañía ESTE – Estação Teatral, de Fundão, con texto y dirección de Tiago Poiares, e interpretado por Joana Poejo y Samuel Querido, y os puedo asegurar que hubo gente que lloró y se emocionó. Yo no, porque los murciélagos somos unos asquerosos insensibles y no nos emocionamos con nada.
O céu não lhes responde de ESTE – Estação Teatral
No sé qué hicieron Finea y Sabina durante esa función. ¿Me importa lo que hicieron? ¡No! ¡No me importa nada! Solo sé que yo tenía ya tanto sueño que me fui al supermercado, y me llevé a Tiago conmigo. Y en la mejor parte de un rico sueño, noté cómo la caja de cereales se movía…
FINEA.- ¡Imbécil! ¡Sal de ahí! ¡Payaso!
MARCELO.- Déjame, Finea, que quiero dormir más.
FINEA.- Que va a empezar la obra en el Auditorio del Moagem.
MARCELO.- Yo esa ya la he visto.
FINEA.- ¿Cuándo?
MARCELO.- La vi en el Fernán Gómez, en Madrid, es un tipo que hace música con sus cosas… La obra se llama Control Freak. Controla todo, el sonido, la luz, el vídeo, con dispositivos que tiene pegados al cuerpo o en el escenario.
FINEA.- Ah, ¿Control Freak viene de que es un friki de tenerlo todo bajo control?
MARCELO.- Eso.
FINEA.- ¿Y el artista cómo se llama?
MARCELO.- Kulu Orr.
FINEA.- ¿Qué?
MARCELO.- Kulu Orr.
FINEA.- ¿Cómo se va a llamar así?
MARCELO.- Es de Israel. En Israel será normal llamarse Kulu, yo qué sé… ¿Me dejas ya dormir?
FINEA.- ¿No la piensas ver otra vez?
MARCELO.- Sí pensaba, pero si vas tú, no voy…
FINEA.- Venga, sal de ahí, que llegamos tarde.
MARCELO.- ¿Y Tiago?
FINEA.- ¡Tiago ya está colgado de una viga en el techo del Moagem! ¡Vamos!
MARCELO.- ¿Por qué eres tan pesada?
FINEA.- Pienso ser tu peor pesadilla en esta feria.
MARCELO.- ¿Peor que Sabina?
FINEA.- Mucho peor.
Y allá que fuimos, a ver a Kulu Orr, que hacía muchas cosas con los dispositivos, todo en vivo, ahí delante de nosotros. Fue un gran éxito, pero bueno, a mí me había gustado más la obra de por la mañana, porque tanta tecnología me agota. Lo de por la mañana era tan terrenal, tan…
FINEA.- Pues a mí ha gustado más esta.
MARCELO.- ¿Por qué te metes en mis pensamientos?
FINEA.- Me meto donde me da la gana, Marcelo.
TIAGO.- A mí me ha gustado más esta, papá, porque yo soy muy tecnológico.
MARCELO.- No tienes ni dos años, ¿cómo vas a ser muy tecnológico?
TIAGO.- ¡Yo soy lo que me da la gana!
MARCELO.- ¡A tu padre no le contestes así!
FINEA.- Como sigáis discutiendo, no vamos a llegar a tiempo a ver la siguiente, es ya muy tarde.
MARCELO.- Pero yo contigo no quiero ir, Finea, mi idea de feria no era aguantarte.
FINEA.- Te fastidias.
La siguiente fue una preciosidad, un tipo subido en una barra, pero en vez de hacer grandes acrobacias, como hubiéramos esperado, lo que hacía era muy tierno e íntimo… Con movimientos lentos y precisos, era todo contención… Se llamaba João Paulo Santos, y era de Portugal. El espectáculo se llamaba Une partie de soi, y la compañía O Último Momento.
Une partie de soi en la Feria Ibérica
Todo era bellísimo, si no fuera porque tenía a un lado a Finea y al otro a Sabina, y cuando terminó el espectáculo me llevaron volando a la Quinta Pedagógica antes de que llegaran los feriantes. Por cierto, os he decir que algunos de los feriantes iban a la Quinta Pedagógica en coche, ¡con lo cerca que estaba! ¡Malditos vagos!
No sé qué hubo de cena, es que no me dejaron cenar. Primero me llevaron a hablar con unas ovejas, ya ves tú lo que me importa a mí lo que las ovejas tengan que decir.
OVEJA 1.- Nosotras tenemos mucho que decir.
OVEJA 2.- Mucho.
MARCELO.- ¿Vosotras también me leéis el pensamiento?
OVEJA 3.- Y tenemos mucho que decir sobre el teatro.
OVEJA 4.- Algunos de los más grandes actores de este país han aprendido de mí.
SABINA.- Contadle a este idiota todo lo que sabéis.
Entonces vi que Tiago estaba subido sobre una oveja, la más mayor de todas.
MARCELO.- ¡Tiago, baja de ahí!
TIAGO.- ¡Esto es muy divertido, papá! ¡Mejor que el parque de atracciones!
OVEJA 5.- ¿Y qué han aprendido de ti algunos de los más grandes actores de este país, oveja 4? ¿No será a hacer cagarrutas redondas?
FINEA.- ¿O a pastar?
SABINA.- ¿O a rumiar?
MARCELO.- Eso no lo hacen las ovejas, ¡lo hacen las vacas!
OVEJA 6.- ¡También lo hacemos las ovejas!
MARCELO.- A ver, no he venido yo a Fundão a hablar con las ovejas, ¿me dejáis marchar?
FINEA y SABINA.- ¡No!
TIAGO.- Oveja, ¿has visto el jamón?
OVEJA 7.- A mí el jamón no me gusta, a mí lo que me gusta es comer lo que veo en el suelo.
TIAGO.- ¿Y el teatro te gusta?
OVEJA 7.- ¿El teatro se come?
TIAGO.- ¿Por qué contestas con otra pregunta?
OVEJA 7.- ¿Qué es el teatro?
TIAGO.- ¿Otra pregunta?
OVEJA 7.- ¿El teatro tiene gluten?
MARCELO.- Sabina, Finea, no sé lo que os habéis propuesto, pero yo quiero estar con los feriantes para escuchar todo lo que traman, y Tiago también, que tiene memoria de elefante y luego me cuenta todo lo que oye…
FINEA.- Ya, pero aquí mando yo.
MARCELO.- Ya, ¿tú y cuántos más?
FINEA.- Yo, mando yo. Y si yo digo que esta tarde en vez de ver cómo cenan los feriantes, vas a aprender de las ovejas, pues vas a aprender de las ovejas.
MARCELO.- Pero qué voy a aprender de ellas si ni siquiera son capaces de mirarme a la cara, todo el rato mirando al suelo y comiendo lo que se encuentran…
SABINA.- Se puede aprender, siempre se puede aprender…
Tras hora y media de ovejas intentando enseñarme no sé qué, os puedo asegurar que salí tal que entré, como cuando ves una obra de esas que no te aporta nada, que no arriesga nada, que no…
FINEA.- Deja de quejarte y vamos al Pabellón Multiusos, que los feriantes ya están yendo a ver la siguiente.
MARCELO.- Y tú deja de leerme el pensamiento.
FINEA.- No me da la gana. Y te aviso que esta noche después de la función tenemos fiesta.
MARCELO.- Odio las fiestas.
FINEA.- Ya lo sé. Por eso la he organizado.
Júlio César, de Companhia do Chapitô
En el Pabellón Multiusos vimos Júlio César, de Companhia do Chapitô, la historia de un señor romano que hablaba en portugués, y todos los romanos de alrededor le respondían en portugués. Esto es una broma, es que la obra, claro, era en portugués. Siento si mi humor no está de lo más fino hoy, es que, rodeado por estas dos pesadas, no puedo hacer chistes tranquilo, no estoy libre… Júlio César estaba dirigida por Jose C. Garcia y Cláudia Nóvoa, e interpretada por Jorge Cruz, Pedro Diogo y Susana Nunes. Sé que estuvo muy divertida, pero tenía tanto texto, que ahora mismo estoy deseando verla en español, porque no es posible enterarse de todo… La veré en español en la Feria de Ciudad Rodrigo el 23 de agosto.
Y, al salir de, me esperaba Júlio César lo peor: la fiesta.
Continuará.
Marcelo, el murciélago