¿Por qué haces lo que haces?
Por instinto y por necesidad.
Todos dibujamos desde el mismo momento en que alguien pone un lápiz entre nuestras manos cuando somos niños. En mi caso la fascinación por conectar mi mente a ese lápiz desde entonces no ha parado. Represento fragmentos de lo que veo y siento. Soy una flâneuse que va siempre con su libreta y sus acuarelas por el mundo observando y coloreando. Me atraen las situaciones más cotidianas, detenerme en rostros ensimismados que no se saben observados y dibujar mujeres que sueñan, con los ojos abiertos o cerrados. Lo inaudito se esconde en lo cotidiano. Basta volcar una mirada sosegada y a menudo también poética sobre las cosas para encontrarlo.
¿Qué has conseguido?
Disfrutar de lo que hago.
Ilustrar dos de los cuatro libros de relatos cortos que tengo publicados y hacer alguna exposición. Además de diversas colaboraciones con distintos artistas, músicos y poetas. Aunque hasta la fecha, el mayor logro personal quizá haya sido el de trasladar mi lenguaje pictórico a mi trabajo en joyería contemporánea, donde incorporo mi pintura como elemento principal de la pieza, engastándola como si se tratara de una gema. Creando cuadros para llevar sobre la piel o colgarlos de la pared. Varias de esas piezas fueron distinguidas el año pasado con el Premio a la Creatividad de la revista Vogue en la semana de la moda de Milán.
¿Qué sigues buscando?
Todo y nada.
Siento que me queda todo por hacer, aprender, experimentar y volcar en esos cuadernos de bitácora que voy llenando… Me gustaría ilustrar en eventos y happenings, también para alguna revista. Aunque más que en la búsqueda, creo personalmente en los encuentros; aunque todo provenga del mismo lugar, de esa incasable necesidad de hallar para encontrarse. Como antes decía, dibujo por instinto y necesidad, algo que necesariamente implica también el hecho de no poder dejar de hacerlo. De no querer dejar de hacerlo. En mi caso el motor, más que la meta, es ese interesante continuo camino de descubrimiento.