En el cementerio judío de Buk (entre placas solares, una torre de luz, la verja con estrellas, tumbas en hebreo) leo a B. Schulz.
¿Hemos preparado un poco al lector para las cosas que van a seguir, podemos arriesgar un viaje a la época genial?
Nuestra zozobra se ha contagiado.
Sentimos su nerviosismo.
A pesar de nuestra aparente vehemencia, también nosotros tenemos el corazón pesado y lleno de aprensión.
El nombre de Dios: ¡subamos y en marcha!
A él lo asesina un nazi el 19 de noviembre de 1942 en Drohobytch.
Está aquí, hacia la estación del pueblo, por el caminito entre los manzanos plantados en línea recta y de ramas luego, aparece, se acuerda de todo.
También.
Sinagoga de Konin | 1832 – 1939