La casualidad, o quizá el destino marcado por los dioses romanos, ha querido que coincidan el bimilenario de la muerte del fundador de Mérida, el emperador Octavio Augusto, con la celebración de la 60ª edición del Festival de Teatro Clásico de la ciudad‏. “Fue deseo de Augusto, uno de los mejores estadistas de la antigüedad, que las ciudades fundadas bajo su gobierno dispusieran de un teatro para sus habitantes. El Teatro Romano de Mérida, escenario principal, mantiene viva su función original, dos milenios después de su construcción”, explica Jesús Cimarro, director de la cita. Salomé, Medusa y Dido y Eneas serán las tres obras que den paso a dos meses, julio y agosto, de teatro clásico.