Los sondeos a pie de urna hacen posible realizar un bosquejo sobre el perfil social de Trump y Clinton. Y eso es lo que vamos a hacer en esta pequeña síntesis sobre la encuesta que pueden encontrar en la CNN y en la Fox.
Clinton gana entre las mujeres no blancas
Donald Trump habría contado con un apoyo mayoritario entre los hombres (53%, frente al 41% que apoyan a Clinton), mientras que la candidata demócrata habría logrado mayor proporción de votos entre las mujeres (54%, frente al 42% que declara haber votado al republicano).
Pero la mayor presencia de mujeres entre los votantes de Clinton se debe a la sobrerrepresentación de las mujeres latinas y negras, puesto que las blancas han preferido a Trump en un 53%.
A la vista de las declaraciones machistas de Trump, ¿es todavía elevado el porcentaje de mujeres que lo habría apoyado?, ¿es demasiado bajo el porcentaje de mujeres que habría respaldado a Clinton, no sólo teniendo en cuenta a quien se enfrentaba sino también que ella misma era un mujer con la que podrían sentirse identificadas, de quien podrían esperar más en la defensa de sus derechos e intereses?
La demócrata tiene el respaldo de los más jóvenes
Por edad, Clinton tiene más éxito entre los jóvenes, sobre todo entre los muy jóvenes (18-29 años), entre los que ha recabado el 55% de los votos, frente al 37% de Trump. Entre quienes tienen entre 30 y 44 años, el 50% ha apoyado a Clinton, frente al 42% que ha respaldado al vencedor de los comicios. Las tornas se dan la vuelta entre los votantes a partir de 45 años, donde Trump se lleva el 53% de los votos, frente al 44% que se lleva Clinton entre las personas de entre 45 y 64 años y el 45% de las de 65 y más años.
La franja de edad más partidaria de Clinton es la más joven de todas, la correspondiente a aquéllos que prácticamente se estrenan en las urnas, es decir, entre los 18 y los 24 años: en esta cohorte de edad, el 56% la habría votado, mientras que sólo un 35% habría proporcionado su respaldo a Trump.
Los más partidarios del candidato republicano serían las personas mayores de 50 años, con un 53% de sus sufragios a su favor.
¿Supone que las generaciones jóvenes son más cosmopolitas, menos racistas, menos machistas?, ¿las nuevas generaciones y sus ideas constituyen una vacuna contra la vuelta a las ideas comunitaristas que supone Trump?, ¿tienen menos miedo?, ¿sienten menos las amenazas de la globalización, del cambio, de la mezcla cultural?
Lo cierto es que el caso americano no es único en este sentido: se observó la misma ruptura generacional en el Reino Unido con el referéndum sobre el ‘Brexit’.
Pueden ser los más jóvenes, o no, pero Clinton habría ganado entre los votantes que acudían a las urnas por primera vez con un 56% frente al 40% que habría votado al republicano.
El voto blanco, el más favorable a Trump
Por origen racial, a Donald Trump habría ido el 58% de los votos blancos, frente al 37% que habría ido a Hillary Clinton.
En cambio, la demócrata se habría llevado el 74% de los sufragios del resto de comunidades étnicas, frente a sólo el 21% que habría recaído en Donald Trump.
De manera más desagregada, el 88% de los votantes negros se habría decantado por la candidata demócrata, frente a sólo un 8% que se habría inclinado por Donald Trump. En el caso del voto latino, el 65% habría ido a parar a Clinton, frente al 29% que se habría inclinado por Trump. Idéntico reparto a este último se ha producido entre los votantes asiáticos.
Los hombres blancos han resultado ser más partidarios de Trump (63%) que las mujeres blancas (53%). Pero insistimos: las mujeres blancas han votado más a Trump que a Clinton, pese al machismo y a la misoginia mostrada por el candidato republicano. Las mujeres negras, por su parte, han prestado más apoyo (94%) a Clinton que los hombres negros (80%). Y lo mismo ha sucedido entre los latinos: las mujeres han mostrado más respaldo por la candidata demócrata (68%) que los hombres (62%).
La comunidad que en mayor proporción habría prestado a Clinton habría sido la de la población negra a partir de los 45 años, dado que la habría votado en un 90%.
Trump no ha conseguido un apoyo similar en ninguna de los grupos sociales: su mayor éxito lo ha obtenido entre los blancos de 45 a 64 años, entre los que habría logrado un 63% de los sufragios.
En coincidencia con la preferencia de los no blancos por Clinton, entre quienes han nacido con la nacionalidad estadounidenses, un 50% habría votado a Trump, frente a un 45% que lo habría hecho por la demócrata. En sentido contrario, un 64% de quienes no han nacido con nacionalidad americana habría votado a Clinton, frente a un 31% que habría respaldado a Trump.
Más nivel educativo, más predisposición a votar a Clinton
Trump habría logrado mayor apoyo entre las personas con menor nivel educativo. Una de las diferencias más importantes se produce entre quienes tienen estudios de postgrado, que habrían apoyado a Clinton en una proporción del 58%, frente a un 37% que habría votado a Donald Trump. Pero hay otra incluso más relevante: el 67% de las personas de etnia blanca sin estudios universitarios habría votado a Trump, frente a sólo un 28% que se habría inclinado por Clinton. Aquí se encontraría la clase obrera blanca a la que se han dedicado mil reportajes para explicar su preferencia por Trump.
Aunque, tomada en su conjunto, entre las personas de menor nivel educativo, entre quienes no han pasado de la educación secundaria, la brecha no es tan amplia: un 51% habría apoyado a Trump, frente a un 45% que habría votado a la candidata demócrata. Ello se debe a que el voto blanco sin estudios a Trump se ha visto compensado por el voto del resto de los orígenes étnicos a Clinton.
Así, si añadimos al nivel educativo la cuestión racial, nos encontramos con que Trump gana con holgura entre los blancos sin estudios universitarios (67% frente al 28% que habría apoyado a Clinton), mientras que la demócrata habría conseguido la gran mayoría de los sufragios (71%) entre los licenciados universitarios no blancos y entre los no blancos sin estudios universitarios. Posiblemente la categoría racial tiene más importancia que la del nivel de estudios alcanzado para predecir el voto a uno u otro candidato.
Las personas de menores ingresos no prefieren a Trump
Lo más revelador, de todas maneras, del sondeo a pie de urna es el capítulo sobre el voto por nivel de ingresos, puesto que rompe un gran mito según el cual los pobres, mayoritariamente, se inclinarían por Trump, frente a los ricos, que preferirían a Clinton.
De acuerdo con la encuesta, quienes ingresan menos de 30.000 dólares al año, habrían votado en un 53% a Clinton y sólo un 41% a Trump. El siguiente escalón por ingresos, quienes tienen rentas anuales entre los 30.000 y los 49.999 dólares, también se inclinarían más por Clinton que por Trump (un 51% frente a un 42%). Es a partir de los 50.000 dólares cuando cambian las tornas. Quienes ingresan entre 50.000 y 99.999 dólares anuales habrían votado en un 50% a Trump, frente a un 46% que habría apostado por Clinton. Si bien entre los 100.000 y los 249.999 dólares las proporciones de voto por uno y por otro estarían muy igualadas, aunque siempre a favor de Trump (47% vs. 48% en el caso de quienes ingresan entre 100.000 y 199.999 dólares al año; 48% vs. 49% entre quienes disfrutan de rentas entre 200.000 y 249.999 dólares), entre quienes ingresan más de 250.000 dólares la horquilla se abre un poco más (46% a favor de Clinton frente a un 48% partidario de Trump).
En resumen, quienes tienen rentas anuales por debajo de los 50.000 dólares son más tendentes a votar a Clinton, con un 52% frente a un 41% que habría votado al candidato republicano. En cambio, entre los que ingresan anualmente 50.000 dólares o más, el 49% habría respaldado a Trump, frente a un 47% que habría dado su voto a Clinton.
Precisamente, es este reparto del voto entre Clinton y Trump por nivel de rentas el que hace dudar de que un Partido Demócrata encabezado por Bernie Sanders pudiera haber obtenido mejores resultados que con Hillary Clinton. Aunque para realizar este análisis hay que incluir una variable: los hogares latinos y negros son los que cuentan con menores ingresos, por lo que puede que la simpatía de estos ciudadanos por Clinton haya tirado a la baja de la media de ingresos de las personas que han apostado por ella. Quizás Bernie Sanders hubiera mantenido el voto de las comunidades negra y latina y hubiera logrado sumar también a la comunidad blanca de menores ingresos, que puede que hayan apoyado mayoritariamente a Trump. Ésta es sólo una hipótesis.
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