El dueño pálido de la tabaquería
el blog de Ernesto Pérez Zúñiga
A veces parece que la obra teatral cuelga arriba en las bambalinas,
los actores le han arrancado algunos jirones cuyos extremos sujetan en sus manos
o han enrollado en su cuerpo para actuar,
y solo de vez en cuando un jirón difícil de desprender se lleva para arriba a un actor,
para espanto del público.