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Mientras tantoUna sonrisa boba

Una sonrisa boba


 

Lunes, 24 de marzo


He pasado unos días con dos amigos catalanes a los que les gusta Madrid. Un par de cenas acompañados por más periodistas –sólo nos aguantamos entre nosotros–, algún café que otro y muchas conversaciones. Entre ellas el tema catalán, claro. Yo soy el amigo madrileño aburrido por el eterno lamento: me cuesta entender esa identidad nacional que yo no siento. “Claro, porque tú no percibes que tu identidad esté amenazada”, me dicen. ¿Amenazada? ¿Perseguida? “No lo veo…”. Yo soy el amigo madrileño aburrido porque no dejo de ver un incómodo victimismo y ellos son los amigos catalanes faltos de cariño. Incomprendidos. Nada que no puedan arreglar unos huevos rotos y un consomé en el Café Gijón. Porque no todo está perdido.

 

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Martes, 25 de marzo

 

Cierran las puertas del Salón de los Pasos Perdidos, por donde han pasado unas 35.000 personas en las últimas horas. La muerte de Adolfo Suárez ha provocado un espontáneo ‘rodea el Congreso’, pero esta vez sin vallas ni perímetros de seguridad. A quienes acudían a honrar al primer presidente de la democracia, cuentan los cronistas, se les iluminaba el rostro cuando entraban. Eso ocurrió la noche anterior al cierre de puertas. A las once de la mañana, apenas tres horas después, un piquete de honor sacaba el féretro de Suárez envuelto en un silencio absoluto. El cortejo fúnebre ha subido desde la Carrera de San Jerónimo hasta la Plaza de Cibeles. Y desde allí han conducido los restos mortales del expresidente a la Catedral de Ávila, donde ha recibido sepultura. Desde que el viernes se supo que la muerte de Suárez sería inminente, una extraña tregua ha atravesado el comportamiento de los partidos políticos. Los que han optado por no hablar han dejado que las palabras consenso, unidad y concordia nos hayan hecho pensar que otra forma de hacer política es posible. Demasiado bonito para ser cierto: esta misma tarde el Tribunal Constitucional ha anulado la declaración soberanista del Parlamento catalán. Un terremoto, otro, para el complicado laberinto. Los restos mortales de Suárez ya descansan junto a los de su esposa. “La concordia fue posible”, dice el epitafio. Qué tiempo verbal tan inquietante.

 

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Miércoles, 26 de marzo

 

Recoletos amaneció el domingo con cristales rotos y pintadas revolucionarias. Las concurridas ‘Marchas de la dignidad’ que llegaron la tarde del sábado a Colón se convirtieron al caer la noche en una cacería de policías. Con Suárez amortizado, los periódicos llenan sus páginas con el debate catalán y los incidentes del fin de semana. Los antidisturbios –unos sesenta resultaron heridos en la manifestación– reclaman responsabilidades por los errores en la coordinación del despliegue policial. Interior habla de una “izquierda radical” integrada por jóvenes cada vez más organizados y dispuestos a “desestabilizar el Estado de derecho”. Leo a Enric Juliana en ‘La España de los pingüinos’ (Destino, 2006):

 

“Al cabo de unos días, por las calles de Barcelona, topé con una manifestación de adolescentes que gritaban airadamente contra la guerra y me vi a mí mismo treinta años atrás, gritando por las calles de Badalona contra Franco, mientras a lo lejos –treinta años atrás, no ahora– se oían las sirenas de los ‘grises’. Evidentemente, estábamos contra Franco. Pero también trabajábamos a favor de nuestra biografía: aquello daba sentido a nuestros primeros pasos como adultos y nos proporcionaba el timbre heroico que no sabíamos ver en nuestros padres. Más tarde nos daríamos cuenta, ¡ay!, de que su heroicidad consistía en el trabajo cotidiano y el sacrificio para que los hijos pudiesen estudiar. Luchábamos, en un plano más simbólico, por unas expectativas que nos parecían negadas. El tapón saltó y la vida siguió su curso”.

 

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Jueves, 27 de marzo

 

16:03: Cae un avión al mar con pasajeros en aguas próximas a Gran Canaria

 

Un avión con pasajeros ha caído hoy al mar a dos millas de la costa este de Gran Canaria, según han informado a Efe el servicio de emergencias 112. De momento se desconoce la compañía aérea a la que pertenece el aparato y el número de pasajeros que van a bordo. EFE.

 

16:08: Cae al mar un avión cerca de la costa de Gran Canaria

 

Un avión ha caído este mediodía al mar cerca de la costa de Gran Canaria, según informó el Centro Coordinación de Emergencias y Seguridad 112. El avión habría caído a unas dos millas de la costa de Gran Canaria, a la altura de Jinámar. Asimismo, se desconoce el número de pasajeros y la compañía. Según fuentes presenciales el avión amerizó, y ya están en el lugar actuando el helicóptero del SAR. Este jueves la ministra de Fomento, Ana Pastor, se encuentra en Santa Cruz de Tenerife y nada más conocer la noticia se ha reunido con el presidente canario, Paulino Rivero, para coordinar las actuaciones. EP

 

16:18: Confirman que el posible avión caído en Gran Canaria es el remolcador de una embarcación

 

Aena ha confirmado que el posible accidente del avión que habría caído este mediodía al mar cerca de la costa de Gran Canaria es un remolcador de una embarcación, por lo que se trataba de una falsa alarma. Asimismo, el Centro Coordinación de Emergencias y Seguridad 112 también ha confirmado que el SAR, Control Aéreo y helicóptero del GES han indicado que es un remolcador tirando de una embarcación. EP

 

16:29: Servicios de emergencia confirman que es falsa alarma y se trata de un barco

 

El centro coordinador de emergencias 112 ha desmentido que se haya producido un accidente aéreo en aguas próximas a Gran Canaria y asegura que se trata de un remolcador tirando de una embarcación. Según informaron fuentes del 112, el Servicio Aéreo de Rescate y el helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canaria y control aéreo, se trata de una falsa alarma. Inicialmente, el 112 había informado de la caída de un avión con pasajeros a dos millas de la costa este de Gran Canaria. La alarma se produjo al recibir los servicios de socorro y AENA un aviso de testigos que decían que habían visto un avión flotando en el mar. En un principio se consideró que la alerta podría ser creíble, pero finalmente se ha confirmado que se trataba de un barco con problemas de escoramiento que desde la costa fue confundido con un avión, han informado fuentes de AENA y de la Delegación del Gobierno. También se ha comprobado que no falta ningún avión en el radar del control aéreo de Canarias. EFE

 

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Viernes, 28 de marzo

 

En las últimas semanas he visto varias de las películas más aplaudidas por la crítica. Terminé entre bostezos ‘Doce años de esclavitud’. En ‘Her’ vi una versión amable de ‘Black Mirror’. ‘El lobo de Wall Street’ acabó con mi paciencia: tres horas de excesos son demasiadas para mí. Y no estoy tan enamorado de Roma como para adorar ‘La gran belleza’. Hoy he completado el ciclo con ‘Nebraska’. Qué película. Quizá me ha gustado tanto porque no tenía referencias de ella. No sabía que me iba a encontrar con un personaje, el de Woody Grant, tan chiflado y lúcido al mismo tiempo. O con el de su hijo David, que se deja arrastrar en un viaje reparador a la vida pasada de su padre. Entre silencios, paisajes y miradas perdidas el filme consigue poco a poco –la película avanza así, lentamente– una complicidad que lo hace único. Porque en ‘Nebraska’ no hay diálogos brillantes ni pretenciosos, como en ‘La gran belleza’. Tampoco moralina, como en ‘Doce años de esclavitud’. Ni los despropósitos de ‘El lobo de Wall Street’. Y mucho menos la imaginación de ‘Her’. La película de Alexander Payne es un viaje a la sonrisa del espectador. Una sonrisa boba.

 

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Sábado, 29 de marzo

 

Cuando las cenas se alargan hasta la hora en la que cantan los gallos, da tiempo a hablar de todo. Incluso de las comas. Sostengo que las comas hay que ponerlas donde lo pida el ritmo de la lectura, no donde lo exija la corrección sintáctica. Porque si quiero que leas esta frase de seguido prefiero dejarme la coma por el camino. Cuando leemos un texto que podemos definir como musical, decía Cortázar, el oído interno capta esa melodía, por mucho que leamos con los ojos. Eso le llevaba a prescindir de comas cuando su intuición se lo pedía: “No la pongo porque en ese momento estoy diciendo algo que funciona dentro de un ritmo que se comunica a la continuación de la frase y que la coma mataría”. El Lenguaje está para arriesgar, aunque yo sea poco amigo de las mayúsculas… y de los puntos suspensivos; prefiero los dos puntos: esa respiración, más breve que la del punto y seguido, es muy efectiva para darle continuidad a la frase anterior, igual que las comas, muy útiles para reforzar ideas. Casi tanto –lo digo en otra oración porque me estaba empezando a enredar– como los guiones. ¿Que los puristas lo censuran? ¡A los puristas tampoco les gustan los signos de exclamación!

 

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Domingo, 30 de marzo

 

Jacinto Antón entrevista al fotógrafo Guillermo Cervera en ‘El País’:

 

—¿Se puede retratar la crisis?

—Sí, y el mejor sitio no son los contenedores de basura, sino los campos de golf. Fotografiando no a los que lo pasan mal, sino a los que les da igual. Esos son también parte de la crisis.

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