Violencia

miraba a ella a través del reflejo de la ventana, cuando el tren entraba en un túnel el vidrio se convertía en el espejo, miraba hacia ella y miraba cómo atendía a su teléfono móvil con devoción y manos, estaba a su lado, me llegaba el olor de su perfume, casi podía rozar la media de su pierna derecha con mi pierna izquierda, los brazos abrigados • miraba a ella de reojo directamente, intentaba ver qué hacía, qué tocaba, qué palabras leía o escribía, qué vídeos desaparecían, los dedos deslizándose por la pantalla, las conversaciones, sus antiguos y viejos secretos, lograba, entrar • miraba a ella y encontró mi mirada apenas un segundo, azules o cerrados • apenas otro segundo después, de repente, fui golpeado por ella, un codazo en la boca o en la nariz y nunca había sentido el sabor de mi sangre así, choqué contra la ventana sin espejo • de repente, me cogió con ambas manos de la cabeza o el cuerpo y me empujó contra el suelo, donde empezó a darme patadas en la cara o en los ojos con sus botas de antaño y los pies dentro • de repente miraba cómo ella empezaba a gritar, a gritar que dejara de mirar su móvil o su teléfono, cómo ella continuaba gritando y mirando a todas partes diciendo que dejase de meterme donde no debía • de repente desvié la atención en otras direcciones y vi al resto de personas que nos acompañaban a lo lejos • caía sangre de mí e hice el dibujo de una lengua, o al menos a mí me pareció dos o tres segundos después una lengua llena de sangre y caída, pero rojiza.

la.

tomé estas notas entre las lecturas de En el enjambre de Byung-Chul Han y Ensayo sobre el lugar silencioso de Peter Handke.

WC.

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