En 1970 el director de cine Michael Grigsby retrató el retorno a casa de tres jóvenes soldados estadounidenses que habían combatido en el Vietnam. El premiado documental I was a soldier, una de las primeras películas en mostrar el impacto devastador de la guerra en los combatientes, es el punto de partida de su trabajo más reciente, que se proyecta en el Frontline Club de Londres. We Went to War es el reencuentro entre el documentalista y sus retratados más de 40 años después. “Es una película contemplativa, visual y conmovedora que revela cómo la experiencia de la guerra forma a las vidas de los combatientes”, justifican los organizadores de la discusión entre el público y el director.