La editorial Caniche, especializada en propuestas artísticas contemporáneas, ha publicado recientemente la obra del artista Jon Mikel Euba (Amorebieta, País Vasco, España, 1967).
En sus propias palabras, “Vulnerario es el itinerario extenso y un tanto exagerado de un imbricado y prolongado atajo. Extenso debido a mis limitaciones técnicas para conseguir una representación medianamente satisfactoria. Y un tanto exagerado por exhaustivo, en el intento de ser fiel a lo dificultosa que fue la toma de LA DECISIÓN”. El atajo remite a la obra de arte y LA DECISIÓN, a la vida. Vulnerario es el viaje que trata de dar sentido a ese atajo, pero se enfrenta con el problema del lenguaje, una tela de araña imposible de escapar. Lo importante sin embargo es el intento, el recorrido del viaje. El vehículo sería la creación artística.
El lector tiene en esta obra una importancia capital, puesto que el equívoco y las contradicciones permiten multitud de posibles interpretaciones. Emprende también su particular viaje por las páginas de esta obra abierta, poco amable, aunque satisfactoria por la validez de sus digresiones, reflexiones o interpretaciones: “Las ideas no tienen cabeza, sólo es una forma de hablar”.
Inicia su compendio con la observación de las relaciones humanas, el supuesto dilema de A y B, el des-concierto de la introspección. Su capacidad de reflexión es más que apabullante, roza lo histérico. Difícil encontrar las palabras al quedar suspendidas en el juego-condena de la diferencia y la repetición. Busquemos alguna certeza en este libro que se contempla y se estudia a sí mismo.
El autor solo puede ser un artista; revoluciona las normas de la narrativa, básicamente, rechazándolas. La estructura/des-estructura se sirve de distintas entradas con fechas no siempre correlativas y subtítulos que evidencian los confines del entendimiento, las obsesiones del artista, los límites entre lo escrito, lo verbal y la imagen.
¿De qué habla Vulnerario? La pregunta debería ser a la inversa: ¿De qué no habla? El proceso creativo, el lenguaje, la pulsión de escribir, las influencias, las relaciones humanas, las finas redes del deseo, la búsqueda de sentido, el carácter o el destino. Hasta los animales tienen su espacio. Se trata de una reflexión multidisciplinar aderezada de anécdotas que le sirven como disparaderos de sus investigaciones. Busca y encontrarás.
M. E. trata de poner límites a lo infinito mediante el razonamiento llevado hasta la exasperación. Una osadía fructífera que constata el triunfo de la palabra sobre el tiempo, ya que el texto crea el suyo propio. De alguna manera, Vulnerario consigue atravesar los límites del lenguaje, algo reservado a los dioses, o a los artistas.
A y B, los personajes, representan a muchos de nosotros atrapados en el dilema de las relaciones humanas. El “yo” como subjetividad emocional en contacto con “el otro” deviene en algo distinto, no necesariamente mejor. Digamos que A+B≠AB. Una fórmula matemática para tratar de buscar un sentido al desconcierto. El avezado lector trata de sustituir al menos una de las letras, ya sea A o B por el autor, pero no hay manera. A veces lo reconocemos en A, otras en B, y muchas en ninguna de las dos. Aparecen también C y D (juegan) porque importa la opinión de los otros. De hecho, el autor se sirve de lo que denomina “contrastantes”, personas en las que confía para que opinen sobre algunas partes o el todo de la obra que aquí se comenta. Sorprende la cantidad de contrastantes, lo que me sugiere la idea de amistad y la de conflicto. En la página 259 escribe: “Si contrasto mi trabajo no con una persona sino con varias, comienzo a ser infiel a unos y a otras, una y otra vez, con el riesgo de terminar convertido en peonza”.
Las lecturas del artista ocupan un lugar importante en la construcción del texto. Natalia Ginzburg, Rafael Sánchez Ferlosio, Marina Tsvietàieva, Roland Barthes, Rousseau o Chateaubriand modulan el pensamiento del autor. Sorprende, o tal vez no, la elección de los autores, aparentemente no tienen relación con la crítica o teoría del arte, sino con el poder transformador de la literatura. Como reconoce el autor, la literatura puede descifrar pensamientos y emociones que no sabíamos que teníamos.
Vulnerario tiene un comienzo: se exponen cinco casos y se aventura una decisión, pero carece de final. La imposibilidad de terminar, que aventura un cierto infinito, no es algo particular de esta obra, sino de la literatura en general. Considerar imposible la conclusión significa reconocer la riqueza fecunda tanto de la lectura como de la escritura.
Vulnerario, de Jon Mike Euba
Editorial Caniche, 2021.