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Wakefield


 

Al final han sido t!reinta y nueve breves años en los que la democracia ha evolucionado tanto como para que Cayo Lara revele que en realidad esto no es una democracia. Estamos en la época de las revelaciones. Un día Lara debió de hacer como Wakefield, aquel hombre de Hawthorne, padre de familia y esposo, que salió de su casa para instalarse en la calle contigua y observarlo todo sin ser visto durante más de veinte años. Pasado ese tiempo, dado por muerto y repartida su herencia regresó al hogar como si nada hubiera sucedido siendo un amante marido hasta su muerte. El señor Cayo hoy es Wakefield llegando a casa como si nada. Y ciertamente es todo un hombre de Estado arremetiendo en la abdicación, como Mas,  que es mucho más que no parar el partido cuando un jugador del equipo contrario cae lesionado. En la política el juego limpio es un arma arrojadiza. La simplificación que hace Izquierda Unida del reinado de Don Juan Carlos les retrata, quizá trastornados con las señales que les hacen ver el fin del bipartidismo y de la Monarquía y hasta a Marx redivivo, como indígenas interpretando la naturaleza. Podemos no es sólo un partido nuevo sino un grito nuevo que lleva consigo ilusión y desorden a partes iguales. Porque poder se podrá si se debe, y luego si se permite y después si se puede. Le rodean a uno los políticos responsables y serios, que no hablan del momento histórico sino de sus complejos, porque tan penoso es hacer loa como menosprecio sin límites, y entre esas dos corrientes navega España. La República de Lara y de Iglesias es tan irrelevante como la Monarquía del resto, pero ya metidos en ésta, y con más claros que sombras en toda una vida, la de uno completa, no se entiende que haya que cambiarla sino sólo a las personas como al mismo señor Cayo. Uno a veces se pregunta qué haría el líder comunista sin sus reyes salvo ahorrar papel en los programas, y tiempo y energía en sus discursos. Quedaría casi sin sentido su existencia. No se da cuenta, como no se dio cuenta el protagonista de Hawthorne, de que “En la aparente confusión de nuestro mundo misterioso los individuos se ajustan con tanta perfección a un sistema, y los sistemas unos a otros, y a un todo, de tal modo que con sólo dar un paso a un lado cualquier hombre se expone al pavoroso riesgo de perder para siempre su lugar. Como Wakefield, se puede convertir, por así decirlo, en el Paria del Universo”

 

 

 

 Se incluye en este post el artículo que, debido a problemas técnicos, ayer no pudo publicarse:

 

Pasádsela a Susana

 

En el PSOE parece que viven el presente, y lo que es peor: el futuro, como en la Academia Bel Air, donde el entrenador Smiley tenía una única estrategia: “Pasádsela a Will”. Los rumores indican que casi todos quieren pasársela a Susana, que ha dado en la cancha alguna muestra de equilibrio que sin embargo amenaza con vencerse por el peso de una fama quizá pronta y excesiva. También falta por saber cuánto tarda en recorrer la distancia desde el dicho al hecho, ese momento en que toca actuar más que para la galería. Recientemente tuvo la primera oportunidad en aquella crisis fugaz de la corrala Utopía, pero debió de parecerle muy larga una carrera que al final decidió cancelar pese a haberla iniciado con maneras de campeadora. No hace mucho mostró una suerte de valentía penetrando sola en la torre medieval de Mas, al que uno imaginó con deseos de rapto de doncella tan fermosa superado por un entorno de héroes catalanes y arcos góticos.  Con esa sonrisa suya tan efectiva y en espera de una hipotética resolución que deje atrás la fachada, tan sólo ha llegado un poco más allá de hasta donde lo ha hecho, por ejemplo, el factótum Pablo Iglesias, lo cual no es suficiente para dirigir un partido político que aspira a gobernar el país. A propósito de El coleta, éste al menos ha llegado a las instituciones gracias al voto ciudadano, mientras la posición de Susana casi le viene de cuna como si en vez de política fuese aristócrata. Menuda solución iba a dar Podemos a esos privilegios de casta, que, pensando en utópico (que es como hay que pensar ahora), igual es la guillotina (en tuiter muchos van en serio con esto, nada de utopías) que está en algún lugar de su programa, un programa que hay que leer con el mismo cuidado con el que se lee una preferente, ironías del destino, escrita con jugo de limón. Susana es la principal apuesta del PSOE, que es una sombra de sí mismo, como dice Pablo de González, donde hasta Chacón, la niña de Felipe, no se postula y a la propia Díaz, la niña de Griñán, parece que la van a tener que sacar con fórceps de Andalucía.

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