En una isla fluvial muy turística va floreciendo un negocio.
La isla es mediana, contiene un gran parque, tres restaurantes (de WC solo clientes), una tienda pequeña y cuatro baños.
El primero de ellos, abierto hace un año, puso el precio en 600 / uso / persona.
Tuvo éxito.
Muchos llevaban comida para sentarse en los bancos y mesas, almorzaban observando el río y la ciudad.
Debido al éxito del primer baño, otro se asentó en la isla, bajando el precio a 500: la competencia hizo que ambos establecimientos llegaran a un acuerdo: 550 / uso / persona. Pasó el tiempo.
Meses después otro servicio llegó, su novedad: permitir el uso observando el agua del río correr.
El cuarto baño aterrizó en la isla hace dos meses e impuso el 2 x 1 de 12.00 – 17.00.
El quinto abrirá mañana. Hay mucha expectación a ambos lados del gran río.
Posible ficción
Tras el quinto baño llegaron muchos más. Los restaurantes cerraron, la tienda también. Años después la isla fluvial posee una amplia gama. Millones de personas llegan cada año a la isla fluvial, pasan la mañana, la tarde o el día, comen frente al río, contemplan la ciudad, ven el agua bajar hacia el mar, ven el agua bajar desde la montaña, ven patos y correlimos, y usan el baño que mejor se ajusta a sus necesidades.
Dicen que el WC 24 horas pronto abrirá, pero nadie lo cree.
Sería demasiado.