David Bowie: Wild Is The Wind (Station To Station, RCA 1976)
I. Mi amor es como el viento…
Lo cierto es que Bowie sería suficiente.
Podríamos escuchar cada semana una canción de Bowie y pasarnos años escuchando obras maestras. Se ha escrito tanto sobre él (tal vez demasiado) que resulta innecesario añadir algo más. Es tan grande y relevante la producción de este maestro que seleccionar un puñado de momentos significativos sería obligatoriamente irrelevante. Acudamos, pues, al capricho. Caprichoso es escoger una canción ajena de quien ha compuesto algunos de los mejores temas del siglo XX. Esa canción es Wild Is The Wind, una obra que Dimitri Tiomkin y Ned Washington compusieron en 1957 para la película del mismo título.
En 1976, tras su paseo por el soul en Young Americans y a punto de iniciar su colaboración con Brian Eno, Bowie se viste de crooner, se pone la piel de gala (The Thin White Duke) y realiza la versión definitiva de esta arrebatada y dolorosa declaración de amor. Al fin y al cabo, lo provocador es amar.
El vídeo que la acompaña, una contenida demostración de sobriedad y elegancia, es obra de David Mallet, un habitual tras la cámara en los clips de Bowie.
II. …y el viento es salvaje.
Wild Is The Wind es una canción que, a lo largo de los años, ha seducido a los más diversos artistas. La semana pasada la escuchábamos en la voz, y el alma, de Chan Marshall pero era Johnny Mathis quien la interpretaba en la película original.
Love me, love me, love me, love me,
say you do
Let me fly away with you
For my love is like the wind,
and wild is the wind
Wild is the wind
Diez años después de Mathis, la insuperable Nina Simone ofreció una interpretación muy especial.
You touch me, I hear the sound of mandolins
You kiss me
With your kiss my life begins
You’re spring to me, all things to me
Don’t you know you’re life, itself!
Y también se dejaron atrapar por este viento salvaje Barbra Streisand y George Michael.
Like the leaf clings to the tree,
Oh, my darling, cling to me
For we’re like creatures of the wind,
and wild is the wind
III. Tambores lejanos…
Para acabar, un aguinaldo navideño: Bowie visita a su vecino Bing Crosby y entonan un villancico clásico para envidia de Raphael…