Poemas

Amelia Roselli

[Traducción de Ruth Miguel Franco]

Variaciones bélicas

No te miraré a la cara de cerca, ni desde
aquel lejano pliegue en la colina lo llamas
tu experiencia quemada. Lleno de remordimiento
sigues vivo, yo me quemo en un ardor que no
puede sonreírse. Y las alegres terrazas de la invernal
pelea de viento, granizo y hálito de mezclada
primavera van a arar el suelo con su línea cruel. Yo
miraré mientras tanto cómo lloras, por los valles
del momento que no disfrutaste, la oración arroja todo
en los trapos sucios del que huye: reza: sarcástica
te pongo al nivel del suelo raso de la rosa ciudad de la que
conoces tú solo el ardor salvado que tu vileza
intercambió.

Si el alma pierde su don entonces pierde terreno, si el infierno
es algo real, entonces en mi alma renace la Abisinia.
Si el alba decide morir, entonces el río de nuestras
lágrimas se ensancha, y la voz de Dios se queda contemplada.
Si el alma es la timidez de los sentidos, entonces el amor es una
ciencia que se entrega al primero que pasa. Si el alma vende su
equipaje entonces la tinta es paraíso. Si el alma
desciende de su pedestal, la tierra muere.

 

Contemplo los pájaros que cantan pero mi alma está
triste como soldado en guerra.

 

Por tu piel olivácea, por tu mandíbula colgante
por esas dientes tuyas virginales por tus pelos oscuros por tu
amor imposible por tu sangre oliváceo y la
mandíbula inferior colgante por la administración de bienes
que no aconseja armonías diversas, por el amor y el misterio
por tu voracidad y por la mía por sondear tú abismos
imposibles por mis delirios de grandeza por fortalecerte
tú por mi debilidad por caer tú y por levantarte
siempre se llamará quimera el breve viaje realizado a las
estrellas.

Porque no espero volver nunca a la ciudad de las bellezas
heme aquí volviendo en mí misma. Porque no espero volver
nunca a encontrarme, heme aquí de vuelta entre muros. Los muros sólidos
e ignaros encierran al prisionero.

 

¡Todo el mundo es viudo si es verdad que aún caminas,
todo el mundo es viudo si es verdad! ¡Todo el mundo
es verdad si es verdad que aún caminas, todo el
mundo es viudo si no mueres! Todo el mundo
es mío si es verdad que no vives sino eres
solo una linterna para mis ojos oblicuos. Me quedé ciega
cuando naciste y la importancia del nuevo día
para tu distancia solo es noche. ¡Ciega soy
por que camines aún! Ciega soy porque caminas
y el mundo es viudo y el mundo es ciego si tú
aún caminas agarrado a mis ojos celestiales.

Impromptu

Creándoselo, el futuro, en modo
ingenioso, lo limpié del horror
vacío de un traidor vacío, que había
fingido ser trasvase de una verdad
eterna, que si no se va yo no

puedo seguir entre los vivos
siendo la mecha o amenaza que soñabais
que yo era, sino tierno cura en su lugar,
de tierna, pequeña burguesía
de luto, mientras todo se parece
a este llanto de luto

y duradero fue el verano en este
campo de luto, mientras el amarillo
solo era gris- amarillo pintado
como en la tierra y color irreal
se tomaba incluso libertades como

estarse allí tumbado en la tierra. Cuando
con las rodillas ya no dobladas por la
melancolía alcancé al juglar
campo de hierba aliento y grano en
abundancia es casi como si lo hubiera
pintado yo, ese campo, todos creen que
es paz y en realidad es victoria.

Corre sobre el filo la noticia o es
solo mío, el campo, el grano
la tierra oculta a los turcos o
son los tallos qué palabra tan fina

y culta me inspiran realidades que vagabundean
de una tasca a otra.

Documento

justo antes de tener que irme escribí
por eso dando la espalda a la promesa
cosas muchas bonitas que solo tú con tu
cara infantil de niño obligado
a ser valiente me puedes señalar.

Sí, escribí finalmente cosas bonitas, todas
para ti - no había público menos atento.

 

 

 

 

 

 

 

Oxígeno en mis cortinas, eres tú, el que
arañas mi puerta de entrada, el que
curas mi misterioso no ir
no poder ir en modo alguno con
los otros. ¿Cómo lo haces? Me vigilas y
en el paso que nos une hay sobre todo
quintaesencia de Dios; su delirar
si no lo que se dice de amor de algo más
grande: tu cuerpo tu mente y
tus músculos todo agotados: por
un mensaje que quedó allí en el vacío
como si a la sombra no le llevase un mensaje
inaugural el inquilino que yo soy: tu
hija, en un bosque petrificado.

 

 

No te acuerdas de mis playas doradas, si como pienso yo
te asomas hostil a los balcones, sin ver nada
que no sea tu mente, que casi nunca escribe
cosas bellas. De otro modo con cada ráfaga de aire
estarías allí, en el ahorcamiento, rico en esos sustratos
tuyos tan ricos en metáforas.

Y luego ves el cielo azul, que se colorea a tu pesar
que se asoma también, asistiéndote, atendiéndote,
mientras bordas con la musa, otras pequeñas astucias
o el naufragar. Y es dulce el naufragar en este
sueño tan trastornado, y es dulce el no pensar
en nada que no sea la manía de ver, tocar, sentir
oler tu pleno descanso.

Luego tocas el pie, lo giras hacia el olfato, lo
coges con la mano y te acercas, a una señal en el segmento
que asoma entre las rocas, que al cubrirte las casas
hacen fortaleza, en tu pequeño pueblo, que se entretiene
casi inocentemente, tanto has criado al toro.

Y lo impulsas, el pie, hacia una puerta abierta y le das
la bienvenida a las señoras (al hombre no le das
la mano), y luego vuelves a bajar, por plazas desnudas
por tierras de nadie, callejas ensanchadas por la
lluvia, que tú no logras ver por lo seco que está el cielo
sin vigilancia bajas aún te acompaña la hora
que es mezcla de suerte y de cómo haces que cada
sollozo sea otra existencia.

 

 

 

Amelia Roselli (París, 1930 – Roma, 1996)
fue una poeta y musicóloga judeo-italiana, si bien su formación transcurrió en Francia, Inglaterra y los EE.UU. Roselli escribirá, además de en italiano, en inglés y francés. Es una reconocida traductora al italiano de poetas como Emily Dickinson o Sylvia Plath.
Establecida en Roma tras la Segunda Guerra Mundial, en su escritura toman cuerpo sus experiencias de exilio, su compromiso feminista y su vocación experimental. Destacamos de su producción poética: Variazioni belliche (1964), Documento (1976), Impromptu (1981) o La libellula (1985).

 

 

Ruth Miguel Franco (León, 1979)
es filóloga. Ha publicado en Rialp La muerte y los hermanos, Accésit del Premio Adonáis 2011. También ha sido incluida en diversas antologías y ha colaborado en varias revistas. Además de ediciones críticas y estudios de obras latinas y medievales, ha traducido a Braulio de Zaragoza, Louise Glück, W. S. Merwin, Pascal Quignard y Amelia Roselli.

 

 

 

Poesie

 

Variazioni belliche

 

Non da vicino ti guarderò in faccia, né da
quella lontana piega della collina tu chiami
tua bruciata esperienza. Colmo di rimpianto tu
cotinui a vivere, io brucio in un ardore che non
può sorridersi. E le gioconde terrazze dell'invernale
rissa di vento, grandine, e soffio di mista primavera
solcheranno il suolo della loro riga cruente. Io
intanto guarderò te piangere, per i valli
del tuo istante non goduto, la preghiera getta tutto
nelle sozze lavanderie di chi fugge: prega tu: sarcastica
ti livello al suolo raso della rosa città di cui
tu conosci solo il risparmiato ardore che la tua viltà
scambiò.

 

Se l'anima perde il suo dono allora perde terreno, se l'inferno
è una cosa certa, allora l'Abissinia della mia anima rinasce.
Se l'alba decide di morire, allora il fiume delle nostre
lacrime si allarga, e la voce di Dio rimane contemplata.
Se l'anima è la ritrorsia dei sensi, allora l'amore è una
scienza che cade al primo venuto. Se l'anima vende il suo
bagaglio allora l'inchiostro è un paradiso. Se l'anima
scende dal suo gradino, la terra muore.

Io contemplo gli uccelli che cantano ma la mia anima è
triste come il soldato in guerra.

 

Per la tua pelle olivastra per la tua mascella cadente
per le tue virginee denta per il tuo pelo bruno per il
tuo amore impossibile per il tuo sangue olivastro e la
mascella inferiore cadente per l'amministrazione dei beni
che non consiglia altre armonie, per l'amore e per il mistero
per la tua voracità e per la mia per il tuo sondare impossibile
abissi  per la mia mania di grandezza per il tuo irrobustire
per la mia debolezza per il tuo cadere e risollevarti
sempre si chiamerà chimera il breve viaggio fatto alle
stelle.

 

Perchè non spero tornare giammai nella città delle bellezze
eccomi di ritorno in me stessa. Perchè non spero mai ritrovare
me stessa, eccomi di ritorno fra delle mura. Le mura pesanti
e ignare rinchiudono il prigionero.

 

Tutto il mondo è vedovo se è vero che tu cammini ancora
tutto il mondo è vedovo se è vero! Tutto il mondo
è vero se è vero che tu cammini ancora, tutto il
mondo è vedovo se tu non muori! Tutto il mondo
è mio se è vero che tu non sei vivo ma solo
una lanterna per i miei occhi obliqui. Cieca rimasi
dalla tua nascita e l'importanza del nuovo giorno
non è che notte per la tua distanza. Cieca sono
chè tu cammini ancora! cieca sono che tu cammini
e il mondo è vedovo e il mondo è cieco se tu cammini
ancora aggrappato ai miei occhi celestiali

 

Impromptu

Creandoselo, il futuro, in maniera
congeniosa, lo ripulì dal vuoto
orrore d'un vuoto traditore, che
s'era finto travaso d'una verità
eterna, che se non parte io non

posso restare tra i vivi non la
miccia o minaccia che voi
mi sognavate, ma invece mite prete
di mite, piccola, borhesia in
lutto, mentre tutto, rassomiglia
a questo pianto in lutto.

 

e durevole fu l'estate in questo
campo in lutto, mentre il giallo
non era che il grigio-giallo dipinto
come nella terra e irreale colore
prendeva perfino il piacere di

stare lì steso su terra. Quando
con ginocchi non più piegati per
malinconia raggiunsi il giocolare
campo d'erba fiato e grano in
abbondanza è quasi, come s'avessi
io dipinto quel campo, che tutti
credono pace e infatti è vinta.

Corre sul filo la notizia o è
solo mio, il campo, il grano,
la terra nascosta dai turchi o
sono i steli che fina parola

còlta m'spirano realtà vagabondando
d'un ostello all'atro

 

Documento

proprio prima di dover partire scrissi
perciò voltando il dorso alla promessa
cose molte belle che solo tu con la
tua faccia infantile da ragazzo costretto
ad esser fiero puoi indicarmi.

Sì, scrissi finalmente cose belle, tutte
per te - non v'era pubblico più disattento.

 

Ossigeno nelle mie tende, sei tu, a
graffiare la mia porta d'entrata, a
guarire il mio misterioso non andare
non potere andare in alcun modo con
gli altri. Come fai? Mi sorvergli e
nel passo che ci congiunge v'è soprattutto
quintessenza di Dio; il suo farneticare
se non proprio amore qualcosa di più
grande: il tuo corpo la tua mente e
i tuoi muscoli tutti affaticati: da
un messaggio che restò lì nel vuoto
come se ad ombra non portasse messaggio
augurale l'inquilino che sono io: tua
figlia, in una foresta pietrificata.

 

Tu non ricordi le mie dorate spiagge, se come penso
infesto ti sporgi dalla balconata, senza vedere
alcunché fuori della tua mente, che scrive difficilmente
cose belle. Altrimenti ad ogni raffica di vento
saresti là, all'impiccagione, ricco dei tuoi sostrati
così ricchi di metafore.

E poi vedi il cielo blu, colorandosi a tuo dispetto
che sporge anch'esso, assistendoti, attendendoti
mentre con la musa fai ricamo, altre piccole astuzie
o il naugrafare. Ed è dolce il naufragare in questo
sonno così spiritato, ed è dolce il non pensare
altro che la mania di vedere, toccare, sentire
odorare il tuo riposo pieno.

 

Poi tocchi il piede, lo riversi sull'olfato, lo
prendi in mano e t'avvicini, ad un segno sul segmento
che spunta tra le rocce, che coprendoti le case
fanno roccaforte, al tuo piccolo paese, che si trastulla
innocentemente quasi, tanto hai allevato il toro.

E lo spingi, il piede, ad una porta aperta, e dài
il benvenuto alle signore (al maschio non gli dài
la mano). e poi ti ridiscendi, lungo piazzali nudi
lungo terre di nesuno, vicoli allargati per la
pioggia, che tu non vedi tanto è secco il cielo
incustodito scendi ancora ti riaccompagna l'ora
che pe miscela della sorte e del tuo far di ogni
singulto un'esistenza in più.