Poemas

Ursula K. Le Guin

[Traducción de Diana Bellessi]

Mi gente

En mi país las lanzan por debajo
para que las pelotas vuelen como burbujas o pájaros
antes de descender a quien las ataja.
De huesos delicados, caderas anchas,
llevan a los niños
por un rato en sus panzas
antes de cargarlos en los brazos.
Es la costumbre de mi gente.
En años de grandes ceremonias
celebran con la ofrenda de la leche
y se liberan con la pérdida de sangre.
Son expertas en su generación.
Pocas, ni siquiera las más sabias,
tienen dinero o un gran nombre,
pero es gente admirable.
Aun después de larga servidumbre
en países extraños,
se reconocen; estrechan sus manos,
se besan, cantan sus canciones juntas,
las voces suaves alzándose más fuertes:
canciones de amor, canciones de libertad,
canciones que hablan de lanzar y atajar,
de cargar, criar y enterrar,
canciones de las que sólo mi gente
conoce todas las palabras.

Sueños de Ariadna

El batir del sueño es toda mi mente.
Soy mi ritmo. Ovillo mi madeja
más y más profundo en el laberinto
para hallar la unión de los caminos,
para hallarlo antes que el héroe encuentre
al prisionero del Laberinto,
al horror coronado de cuernos al fin
de todos los corredores, mi amigo.
Lo guío lejos. El se arrodilla para pacer
la hierba espesa sobre la tumba
y la luz se mueve entre los días.
El héroe encuentra un cuarto vacío.
Busco mi ritmo. Bailo mi deseo,
saltando los anchos cuernos del toro.
Baten las olas. ¿Qué mujer llora en la lejana
costa marina de mi sueño?

Días de seda

La proa del bote asomándose cerca
de los capullos, o una ancha guadaña que
barre los terrenos del fondo, o
el husmear del gato en un pliegue:
me lo recuerda. Me gusta
hacerlo
bien, suave
las mangas dobladas finamente.
Planchar huele a planchar.
No se parece a
nada. No necesita
un símil.
Tiene sus propios recursos.
Mi tía abuela me enseñó:
rociador, enrollar por media hora,
el siseo de prueba con el dedo húmedo,
golpeteo suave al dobladillo y
cuidado con el cuello.
En diez minutos, sobre una plancha a rodillo
podía hacer una camisa de etiqueta.
Puede ser un arte.
Supo ser un arduo trabajo,
sin tiempo, todo algodón, todos los niños.
Ahora voy en seda,
Emperadora de China, lavo y plancho
cuando quiero,
lo gozo, lo hago
bien, un buen trabajo,
voy tranquila,
suave como seda.

Tiempos

Soy una vieja loca golpeando una cuchara
por la locura de un serrucho que gime
en una tarde de verano.
Una loca y vieja impotencia furiosa:
¡Paren eso! ¡Paren eso!
Y golpeo y golpeo la cuchara sobre la mesa.
Un bebé malo, un animal errado.
¿Qué es la mente? Su continuidad.
Hubo un tiempo antes de este ruido que me vuelve loca.
Habrá silencio después. Habrá.
Terrible la prisión del tiempo presente
y cólera inasequible
y pena interminable:
sin videncia ni memoria
la vieja mona loca golpea y golpea la cuchara.
Sin promesa guardada, nada queda
sino el gemir del serrucho que al cerebro atrapa.

La luz

La luz me está comiendo
y ha comido mi peruano letra a letra
como él comió los caballos palabra a palabra,
de mi niñez.
Ha comido Por responder a extraños,
los espacios libres de mi alma por desplazar la furia,
y las sombras de los planetas
donde me ocultaba. y por hacer buenas obras
alimento a los tiburones.
Ha comido hueso
y ópalo. Ni fe ni buenas obras
sino la buena obra solamente
Se come la sintaxis. lanza una sombra.
Sólo me ha dejado ¿Cómo haré eso?-
una mujer vieja hablando
en una casa oscura.

Para la casa nueva

Que esta casa se llene con olores de la cocina
y con sombras y juguetes y nidos de ratones
y rugidos de furia y cascadas de lágrimas
y hondos silencios sexuales y sonidos
de origen misterioso nunca explicados
y tesoros y regalos y miles de deshechos
y un flujo como un viento cálido pero más lento
soplando las hojas de los árboles y libros y años
de pez de la vida de un niño revoloteando plateados
rápido, rápido en la lenta ráfaga incesante
que ondula las cortinas un momento
todos esos años desde ahora, hacia atrás.
Que puedan los umbrales y los marcos bendecidos
bendecir a cada paso.
Que puedan los techos pero no los cuartos conocer la lluvia.
Que las ventanas conozcan claramente
la rama y la flor del manzano.
Y que podáis estar en esta casa
como la música está en el instrumento.

Silencio

Tuve un pequeño desnudo pensamiento
deslizóse entre mis muslos
y corrió sin que lo cazaran
y voló sin que le enseñaran.
¡Oh mira qué veloz vuela!
Mi pensamiento bebé, mi pequeño
pájaro rosado va desnudo.
Debo coser palabra a palabra a palabra
y abotonar su ropa
y así crece y camina y habla y muere.
Cuando esté muerta busca la rosa
que crezca entre mis ojos.
Los pájaros se posarán sobre la espina y la hoja,
pájaros silenciosos nacidos al silencio.

Para Hélène Cixous

Je suis là où ça parle

Estoy allí donde
eso habla
Donde dice yo
estoy en ese lugar de habla
Donde
eso pronuncia
mi ser allí
está hablando
soy
y así
riendo
en una oreja pétrea

Su hija

Su hija,
el guerrero visionario, el hombre silencioso
de quien no hay fotos,
el frágil héroe verdadero
que perdió lo ganado al ganarlo
de masacre en sacrificio,
este hombre, Caballo Loco, su hija,
¿qué se hizo de ella?
Murió de niña.
Después de eso no hubo victorias.
¿Qué nombre tenía, esa niña?
Su padre la nombró.
Le dio este nombre:
Ellos La Temerán.

Vieja bolsa*

Oficial oficial
perdí mi bolsa
¿La puso en algún lugar señora?
no no
la agarraron
¿Tiene una descripción?
eran jóvenes agradables
creo
pero ellos no
pero cuando yo
la arrojaron lejos
¿Qué había en ella?
Problemas.
Era vieja
el broche ni cerraba siquiera
ya no servía pero cuando era rica
sabe
imagínese lo que había
Señora ¿denuncia algo robado?
no, parece que no puedo contarle
por qué quiero contarle
de mis hijos
* N. de la T.: “Old bag”: expresión para “mujer vieja y fea”.

A San Jorge

La mujer es el gusano.
Sin dientes y pisoteado
gusano de tierra, levadura del jardín.
Conoce la lengua gusano
y al gran hermano verga gusano
y al corazón gusano. Conoce
el vientre gusano
anidado en ella.
Conoce el principio
y el lado de abajo. Conoce
al gusano único, al gusano redondo
sin fin, hueco, huevo, todo,
siendo el dragón.
Santo, mejor la atrapas
antes de que tenga voz.

Las ménades

En algún lugar leí
que cuando bajaron al fin de la montaña, tambaleándose
hacia alguna aldea extraña, borrachas perdidas,
roncas, semidesnudas, los ojos turbios,
la sangre seca bajo las uñas rotas
y entre los muslos jóvenes,
aún burlándose y bromeando, aún queriendo
bailar, bamboleándose y gritando, pero cayendo
muertas de sueño junto a los puestos del mercado,
tendidas en el suelo, indefensas por completo, entonces
las mujeres de mediana edad,
respetables amas de casa,
vendrían a quedarse la noche entera en el ágora
silenciosas
juntas
como ovejas y vacas en los campos nocturnos,
guardándolas, velándolas
como sus madres
lo hicieran.
Y ningún hombre
desafió
aquel fiero decoro.

NM (New Mexico)

El pueblo de las nubes son mujeres
de largo cuello, largos trancos,
una jarra redonda balanceándose
alta en la cabeza.
Sombras de las blancas,
grises, negras jarras,
grabadas con espirales
terrazas, relámpagos,
pasan sobre los llanos
de montaña a montaña
en silencio, mientras las altas
mujeres regresan llevando agua
del viejo pozo profundo.


Vita amicae

para Jean

Cuando eras lluvia caías
cuando eras taza sostenías
cuando eras entera te rompías
fuerte, fuerte hablabas
cuando eras campana
Cuando eras senda conducías
hasta el fin de vuelta a casa
cuando eras vida morías
vive, vive, gritabas
cuando estabas muerta.

Lo propio

No puedes medir la circunferencia
pero hay centros:
piedras, y una mujer lavando en un vado,
el agua corre marrón rojiza del lavado.
Las bocas de las cuevas. Las bocas de las campanas.
Hacia el norte el cielo invernal
bajo nubes de nieve, verde jade.
No hay estrella más lejana que el fulgor
de mica en un guijarro sobre la mano,
o más cerca. La distancia es mi dios.

Asombro

El centro no es donde el centro está
sino donde estaré cuando siga
las líneas de piedras que rodean un centro
que no está allí
sino allí.
Las líneas de piedras conducen adentro, llevando
a quien sigue al comienzo
donde todo lo sabido
es nuevo.
La piedra es piedra y más que piedra;
el centro se abre como un párpado abriéndose.
Cada rosa un laberinto: las huecas colinas:
Yo no soy yo
sino la pupila.

Somos polvo

Somos polvo en pena.
La luz brilla a través de nosotros
como a través del rocío de las olas, polvo de agua
al romper, o la lluvia que cae.

La niña en la orilla

Viento, viento, devuélveme mi pluma
Mar, mar, devuélveme mi anillo
Muerte, muerte, devuélveme a mi madre
Para que me oiga cantar.
Canto, canto, cuéntale a mi hija
Cuéntale que el anillo llevo
Dile que vuelo sobre la pluma
Caída del ala del halcón.

Mayoría de edad (fragmento) IV

Este viejo cuaderno donde escribo fue de mi padre;
nunca escribió en él. Fue un hombre gris
toda mi vida, con una breve barba gris;
un hombre delgado, no muy alto.
El otro día vi cinco elefantes,
grandes elefantes, con troncos de palma como piernas
y por flancos continentes, y uno,
el más grande, tenía los torcidos colmillos
amarrados con bronce, Esperaban,
pacientes, que los dejaran salir
a la luz del sol y al aire del otoño,
moviéndose en su establo tan apaciblemente,
con la gracia del gran tamaño y la mansedumbre,
balanceándose un poco, silenciosos, sólidos como barcos.
Era un gran placer ver aquello.
A él le hubiera gustado ver a ese enorme
orinando
como un río brumoso,
suficiente para el flotar de diez fanáticos.
Oh no hay nada como la Cantidad rotunda,
montañas, elefantes, mentes.

Nota a pie de página

No solamente tengo halcones
en mi familia, y torres
sobre las colinas doradas, sino también
cangrejos: sobre la orilla chata y ruidosa
bajo los negros acantilados, cangrejos
pavoneándose en la sombra
de las impetuosas algas encalladas.
Y hay muchos murciélagos
en mi herencia; el murciélago
quiebra la copa del crepúsculo junto a la casa
de búhos y acacias, escribe
mi nombre en el Almanaque
de Gotha: Ostrogotha.
Y la polilla
es una especie de prima, y algunas noches
de otoño la lluvia es mi hermano mayor

Hier steh’ich

Estoy aquí, los pies firmemente
plantados en nada
y espantando a los mosquitos,
sobre la canción del
sinsonte declaro que
estoy aquí. Dónde es aquí
sólo Dios lo sabe
sin embargo
sigo estando aquí.

Ciertos filósofos

no pueden usarla
no pueden contarla
así que la niegan:
la inagotable, generosa
esquiva
fuente del absurdo,
meditando
sobre el abismo oscuro
ala,
la palabra.

Invocación

Devuélveme mi lengua,
déjame hablar la lengua que me enseñaste.
Diré las grandes mentiras en tu honor,
alabándote sin nombrarte,
obedeciendo las leyes de la oscuridad y de la métrica.
¡Sólo déjame hablar mi lengua
en tu alabanza, silencio de los valles,
ribera norte de los ríos,
tercera cara esquiva,
vacío!
Déjame hablar la lengua materna
y cantaré tan fuerte que
las recién casadas y las viejas
bailarán al ritmo de mi canto
y las ovejas dejarán de pastar y las máquinas
se unirán en rueda para oír
en ciudades arrojadas al silencio
como un anillo de piedras erguidas:
¡Oh déjame tumbar las paredes cantando, Madre!

Traducción

Cuando envejeces
lo duro tiene más sentido,
lo suave menos, tal vez.
Puedes leer el granito:
Renuncia.
¿Diamantes? Prepárate.
Lenguas muertas.
Puedes leer el agua.
¿Ahora qué?
¿Caminar sobre ella?
Bebe, dulce dama.

La médula

Había en la piedra una palabra.
Quise descifrarla,
mazo y punzón, cincel y pico,
hasta que la piedra sangró,
y aún no supe oír
lo que la piedra dijo.
La arrojé junto al camino
entre miles de piedras
y al volverme gritó
la palabra en mi oído,
y la médula de mis huesos
escuchó, y respondió.

Cuento

¿Dónde conseguí este ojo del medio?
Así puedes verme mejor.
¿Dónde conseguí estos brazos de más?
Para abrazarme con mi amor.
¿Para qué tengo estos enormes dientes?
Muerde mi cabeza, querido,
Y baila sobre mi cuerpo
Allí, donde se juntan los ríos.

Epifanía

¿Oíste?
La señora Le Guin ha encontrado a Dios.
Sí, pero encontró al equivocado.
Absolutamente típico.
Mira, allí van juntos.
¡Piedad! ¡Es una mujer de color!
Sí, es una de esas relaciones.
La llaman Mama Linga.
¿Por qué Jesús usa siempre un trapo?
No sé; pregúntale a su madre.

Escuela

El Maestro de Baile avanza
con decoro, hábilmente camina.
Elegante sobriedad.
Admirablemente fina.
¡Oh mi Dios! ¡Su cierre!
¿Qué es eso? ¿Una cobra?
Se menea hacia mí tan dulcemente.
¡Rápido! ¡Escóndela!
La faja no la ocultará.
Nada la cubre completamente.
Corbata negra y pantalones amplios,
el Maestro de Baile se ríe.
Dicen que usa cannabis.
No confiaría mi hija
a su enseñanza.
¡Oh pero qué dulce
dulcemente él danza!

Arroyuelo Slick Rock, Septiembre

Mi piel
toca el viento.
Una libélula toca mi mano.
Hablo demasiado lento
para que ella entienda
La roca caliente bajo mi mano.
Habla demasiado lento
para que yo entienda.
Bebo el agua soleada.


Costa

Acostada en la primera luz de sal
con la oreja este escucho pájaros
que despiertan y con la derecha
al Océano abriéndose en la noche.

 

 

 

 

 


Ursula K. Le Guin (Berkeley, 1929 – Portland, 2018)
es una de las mejores escritoras contemporáneas de habla inglesa.
Famosa dentro del género de la ciencia ficción y la fantasía,
ahonda y trasciende los límites del mismo por su sólida
formación como escritora su capacidad imaginativa y su ojo alerta
a la historia y a las tensiones del mundo contemporáneo.
En su cara más secreta, Le Guin escribe poesía de manera
tan notable como lo hace en la ficción.
Precisión musical, naturalidad y una ironía feroz que acompaña
picos líricos difícilmente alcanzables. Eticidad, desobediencia civil
y grandeza de representación signan toda su escritura.
Como en la prosa, aunque a través de otras vías,
Ursula Le Guin inventa micromundos salvajes y sofisticados
al mismo tiempo, donde una mirada desde el género
femenino se devela en ciertos poemas, de manera tan
original y a veces pionera como en su novela
ya legendaria:
La mano izquierda de la oscuridad.



*Libros publicados: Cuatro caminos hacia el perdón, Tehanu, El eterno regreso a casa, El lugar del comienzo, Malafrena, El nombre del mundo es bosque, Los desposeídos, La rueda del cielo, La orilla más lejana, Las tumbas de Atuán, Un mago de Terramar, Países imaginarios, La rosa de los vientos, etc. Los poemas incluidos en esta selección pertenecen a los libros Wild Angels, HardWords, Wild Cats and Fireweed y Going Out with Peacocks.

 

Diana Bellessi (Zavalla, Santa Fe, 1946)
es una reconocida poeta, ensayista y traductora argentina. Estudió Filosofía y viajó a pie por todo el continente americano. Pronto entraría en contacto con las corrientes de pensamiento y poesía feministas, colaborando en la revista Feminaria. También impartió talleres de escritura en las cárceles de Buenos Aires. En 1993 consiguió la beca Guggenheim en poesía, y en 1996 la Beca Trayectoria en las Artes de la Fundación Antorchas. Ha sido distinguida con varios galardones por su obra poética. Destacamos solo algunos títulos: Destino y propagaciones (1972), Días de seda (traducción y selección de poemas de Úrsula Le Guin, 1991), La rebelión del instante (2002) o Pasos de Baile (2015).

 

 

 

Poems

 

My People

In my country, they throw underhand
so balls fly up like birds or bubbles
before they come down to the catcher.
Lightboned and broadhipped,
they carry children
for a while in their bellies
before they bear them in their arms.
This is the custom of my people.
In the years of the great ceremonies
they celebrate with milk-giving
and liberate with blood-losing.
They are skilled in their generation.
Few of them. even the wisest,
have money or a great name,
but they are a great people.
Even afier long servitude
in the foreign country,
they know one another; they take bands,
they kiss, they sing their songs together,
the soft voices getting louder:
lovesongs, songs about freedom,
songs about throwing and catching,
carrying, bearing, and burying,
the songs that only my people
know all the words of.

Ariadne Dreams

The beat of sleep is all my mind.
I am my rhyme. l wind the ball
deeper and deeper in the maze
to find the meeting of the ways,
to find before the hero finds
the prisoner of the Labyrinth,
the horn-crowned horror at the end
of all the corridors, my friend.
l lead him forth. He kneels to graze
where grass grows thick above the tomb
and the light moves among the days.
The hero finds an empty room.
l seek my rhyme. ! dance my will.
vaulting the wide horns of the bull.
The waves beat. What woman weeps
on the far seacoast of my sleep?

Silk Days

Boat-prow poking close to the
buttons. or wide scythe sweeps
across the back acres. or
cat-nosing up into a pleat:
it reminds me. I like
getting it
right. smooth,
the sleeves keen-creased.
Ironing smells like ironing.
It isn’t really like
anything. Doesn’t need
a simile.
Has its own equipment.
My great-aunt taught me:
sprinkler-bottle, rolled up half an hour,
wetfinger hiss-test,
hem-nudging, care on the collar.
In ten minutes. on a mangle.
she could do a dress shirt.
It can be an art.
It used to be hard work.
no time. all cotton. all the kids.
These days I go in silk.
Empress of China. wash and iron
when I choose to.
pleasuring. getting it
right. a good job.
easy going,
smooth as silk

Tenses

I am an old mad woman beating with a spoon
for madness of a whining saw
on a summer afternoon.
An old mad angry impotence:
Stop that! Stop that!
And beat and beat the spoon upon the table.
A bad baby, an animal gone wrong.
What’s Mind? Its continuity.
There was a time before this noise that drives me mad.
There will be silence after. There will be.
Terrible the cage of the present tense
and unavailing rage
and interminable pain:
without foresight or memory
the old mad monkey beats and beats the spoon.
No promise kept, nothing left
but the whining saw that occupies the brain.

The Light

The light is eating me
and has eaten my Peruvian Ietter by letter.
as it ate the horses word by word.
of my childhood.
It has eaten By answering strangers,
the spare parts of my soul by displacing anger.
and the planets shadows
I used to hide in. and by good works
I feed the sharks.
It has eaten bone
and opal. Not faith and not good works
but good work only
It is eating syntax. casts a shadow.
It has lefl me only How shall I do that?-
an old woman talking
in a dark house.

For the New House

May this house be full of kitchen smells
and shadows and toys and nests of mice
and roars of rage and waterfalls of tears
and deep sexual silences and sounds
of mysterious origin never explained
and troves and keepsakes and a lot of junk
and a flowing like a warm wind only slower
blowing the leaves of trees and books and the fish-years
of a child’s life silvery flickering
quick, quick in the slow incessant gust
that billows out the curtains a moment
all those years from now. ago.
May the sills and doort'rames
be in blessing blest at every passing.
May the roof but not the rooms know rain.
May the windows know clearly
the branch and flower of the apple tree.
And may you be in this house
as the music is in the instrument.

Silence

l had a little naked thought
slipped out between my thighs
and ran before it could be caught
and flew without having been taught.
0 see how quick it flies!
My baby thought. my little bird
all rosy naked goes.
I must sew word to word to word
and button up its clothes
and so it grows and walks and talks and dies.
When I am dead look for the rose
that grows between my eyes.
Birds will perch on leaf and thorn,
silent birds to silence born.

For Héléne Cixous

Je suis là où ça parle
I’m there where
it's talking
Where that speaks I
am in that talking place
Where
that says
my being there
is speaking
I am
and so
laughing
in a stone ear

His Daughter

His daughter,
the visionary warrior, the silent man
of whom there is no photograph,
the true fragile hero
who lost what he won as he won it
through massacre to sacrifice.
this man, Crazy Horse, his daughter,
what became of her?
She died a child.
Afler that there were no victories.
What was her name, that child?
Her father named her.
He gave her this name:
They Will Fear Her.

Old Bag

Officer officer
I lost my bag
Put it down somewhere lady?
no no
they took it
Got a description ?
they were nice young men
I think
but they didn’t
but when l
they’d already thrown it away
What was in it?
Trouble.
It was just an old one
catch wouldn’t even fasten
no good any more but when I was rich
you know
think what was in it
Lady are you reporting something stolen ?
no I can’t seem to tell you
why l want to tell you
about my children

To Saint George

Woman is worm.
Toothless and trodden-on
earthworm. Ieaven of garden.
She knows the tongueworm
and bigbrother cockworm
and heartworm. She knows
the wombworm
nestling within her.
She knows beginnings
and undersides. She knows
the oneworm. the roundworm
unending. hollow. all, egg.
being the dragon.
Saint. better get her
before she talks.

The Maenads

Somewhere I read
that when they finally staggered off the mountain
into some strange town, past drunk,
hoarse, half-naked. blear-eyed,
blood dried under broken nails
and across young thighs,
but still jeering and joking, still trying
to dance, Iurching and yelling, but falling
dead asleep by the market stalls,
sprawled helpless, flat out, then
middle-aged women,
respectable housewives,
would come and stand nightlong in the agora
silent
together
as ewes and cows in the night fields,
guarding. watching them
as their mothers
watched over them
And no man
dared
that fierce decorum.

NM

The cloud people are women
long-necked, long-striding,
a round jar balanced
high on the head.
Shadows of the white,
the grey. the black jars,
inscribed with spirals,
terraces, lightning,
pass over the plains
from mountain to mountain
in silence, as the tall
women return bearing water
from the old, deep well.

Vita Amicae

For Jean
When you were rain you fell
when you were cup you held
when you were whole you broke
loud, loud you spoke
when you were bell
When you were way you led
homeward until the end
when you were life you died
live, live you cried
when you were dead

Self

You cannot measure the circumference
but there are centerpoints:
stones, and a woman washing at a ford,
the water runs red-brown from what she washes.
The mouths of caves. The mouths of bells.
The sky in winter under snowclouds
to northward, green of jade.
No star is farther from it than the glint
of mica in a pebble in the hand,
or nearer. Distance is my god.

Amazed

The center is not where the center is
but where I will be when I follow
the lines of stones that wind about a center
that is not there
but there.
The lines of stones lead inward, bringing
the follower to the beginning
were all I knew
is new.
Stone is stone and more than stone;
the center opens like and eyelid opening.
Each rose a maze: the hollow hills:
I am not I
but eye.

We Are Dust

We are dust in pain.
The light shines through us
as through wave-spray, dust of water
breaking, or the falling rain.

The Child on the Shore

Wind. wind. give me back my feather
Sea, sea. give me back my ring
Death. death, give me back my mother
So that she can hear me sing.
Song. song. go and tell my daughter
Tell her that I wear the ring
Say I fly upon the feather
Fallen from the falcon’s wing.

Coming of Age (fragment) IV

This old notebook I write in was my father’s;
he never wrote in it. A grey man.
all my lifetime, with a short grey beard,
a slight man, not tall.
The other day I saw live elephants.
big elephants, with palm-trunk legs
and continents of sides, and one,
the biggest one, had bent tusks bound
about with brass. They were waiting,
patient, to be let outside
into the sunlight and the autumn air,
moving about their stall so quietly,
using the grace of great size and the gentleness.
swaying a little. silent, strong as ships.
That was a great pleasure, to see that.
And he would have liked to see the big one
making water,
too, like a steaming river,
enough to float ten bigots in.
0 there is nothing like sheer Quantity,
mountains, elephants, minds.

Footnote

I have not only falcons
in the family, and towers
on golden hills. but also
crabs: on the loud flat shore
under black cliffs. Crabs
prancing in the shadow
of fierce, stranded seaweed.
And there are lots of bats
in my inheritance. the flittermouse
cracks the cup of twilight by the house
of owls and grey acacias, writes
my name in the Almanach
de Gotha: Ostrogotha.
And the moth
is a kind of cousin. and some nights
of autumn. rain is my elder brother.

Hier steh’ich

I stand here. feet planted
firmly in nothing
and brushing away the gnats,
state, over the mocking-
bird’s song.
stand here. Where here is
God knows
still
I keep standing.

Some of the Philosophers

can’t use it
can’t count it
so refuse it, this-
the inexhaustible, bountiful.
elusive
spring of the absurd.
brooding over the dark abyss
wing,
the word.

Invocation

Give me back my language,
let me speak the tongue you taught me.
I will lie the great lies in your honor,
praise you without naming you,
obey the laws of darkness and of metrics.
Only let me speak my language
in your praise, silence of the valleys,
north side of the rivers,
third face averted,
emptiness!
Let me speak the mother tongue
and I will sing so loudly
newlyweds and old women
will dance to my singing
and sheep will cease from cropping and machines
will gather round to listen
in cities fallen silent
as a ring of standing stones:
O let me sing the walls down, Mother!

Translation

As you get older
hard things mean more.
soft less. maybe.
You can read granite:
Renounce.
Diamonds? Get ready.
Dead languages.
You can read water.
Now what?
Walk on it?
Drink, sweet lady.

The Marrow

There was a word inside a stone.
I tried to pry it clear,
mallet and chisel, pick and gad.
until the stone was dropping blood,
but still I could not hear
the word the stone had said.
I threw it down beside the road
among a thousand stones
and as [ turned away it cried
the word aloud within my ear,
and the marrow of my bones
heard, and replied.

Tale

Where did I get this middle eye?
So you can see me clear.
Where did 1 get these extra arms?
To hug me with my dear.
What have I got these big teeth for?
Bite off my head my sweet
And dance upon my body
There where the rivers meet.

Epiphany

Did you hear?
Mrs. Le Guin has found God.
Yes, but she found the wrong one.
Absolutely typical.
Look. there they go together.
Mercy! It’s a colored woman!
Yes, it’s one of those relationships.
They call her Mama Linga.
Why does Jesus always wear a rag?
1 don’t know; ask his mother.

School

The Dancing Master advances
with propriety. stepping neatly.
Elegant sobriety.
Admirably suave.
O my God! His zipper!
What is that thing? A cobra?
It wags at me so sweetly.
Quick! Put it back inside!
Cummerbund won’t cover it.
Nothing hides it completely.
Black tie and gaping pants.
the Dancing Master laughs.
They say he uses cannabis.
I wouldn't trust my daughter
at his school.
O but how sweetly.
sweetly he can dance!

Slick Rock Creek, September

My skin
touches the wind.
A lacewing fly touches my hand.
I speak too slow
for her to understand.
Rock’s warm under my hand.
It speaks too slow
for me to understand.
¡ drink sunlit water.

Coast

In bed in the first salt light
with the east ear I hear birds
waking and with the right
Ocean breaking inward from the night.