Estás en Malasaña en un bar cualquiera, un sábado cualquiera. Hace diez minutos un amigo te ha presentado a alguien y habéis empezado a hablar. La conversación es interesante pero está sonando una canción que te encanta: no puedes evitar tararearla y mover tu pie izquierdo al ritmo de la música. La otra persona pronto se da cuenta de que no le estás haciendo demasiado caso. Tiene dos opciones. La primera pasa por marcharse y dejarte ahí solo, con tu cerveza y tu maldita canción. Pero también puede tratar de empatizar contigo y hacerte una pregunta: “¿Te gusta mucho la música, verdad?”. Una vez muevas la cabeza afirmativamente –porque sigue sonando la canción y evitas tener que hablar– la siguiente pregunta tardará poco en llegar: “¿Y qué tipo de música te gusta?”.
Quizás para muchos la pregunta no tenga mayor trascendencia y sean capaces de resolverla en menos de un minuto. Otros, en cambio, puede que por inseguridad, porque quieren igual a papá que a mamá o porque nunca se les dieron bien los resúmenes tendrán dificultades para contestar a una pregunta tan sencilla. Algunos acabarán sin dar ni siquiera una respuesta; otros se irán por las ramas y arruinarán la conversación con tanta pedantería.
Últimamente he tenido que contestar a esta pregunta y casi siempre he fracasado. Aquella noche quise explicar que era primavera y que en primavera suele haber muchos lanzamientos. Y que ésta estaba siendo especial porque había cinco o seis discos que me encantaban, que no dejaba de escuchar y que tenían algo en común: la búsqueda por la melodía perfecta. Hablo de Peter Bruntnell, Nada Surf, Ray LaMontagne, Weezer, Laura Gibson, Woods y M. Ward. También de Brian Fallon, Richmond Fontaine, Frankie Cosmos y, por qué no, de lo último de Julieta Venegas.
Pero no me olvido de lo más importante: Those Pretty Wrongs. Así se llama la nueva banda que forma Jody Stephens, batería y único superviviente de la formación original de Big Star, con el californiano Luther Russell. Su primer álbum se pone a la venta este viernes y ya se puede escuchar en streaming.
Si me vuelven a preguntar hablaré simplemente de Lucky Guy y Ordinary, dos canciones de Those Pretty Wrongs que contienen todo lo que me gusta: melodías pluscuamperfectas y guitarras para seguir soñando.
